𝕾𝔭𝔢́𝔠𝔦𝔞𝔩 𝖉𝔢 𝕹𝔬𝔢̈𝔩.

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Liberó una sonora carcajada mientras se paseaba por el salón de la casa con una botella de vino entre su palma, el mayor continuó observándolo con admiración y ternura, plantando una sonrisa amplia en sus comisuras. Mingi se levantó y apresó grácil la cintura desnuda de su prometido, comenzando una sincronía perfecta al ritmo cálido de la música de fondo, ambos se encontraban sumidos en su propia burbuja impenetrable, tanto que ni se percataron que luego de algunos minutos la cancion se detuvo, dejandolos bailar entre sus propias sonrisas y besos fugaces.

Mingi había llegado a su apartamento compartido únicamente con Hongjoong hacía un par de horas, el desteñido pelirrojo estaba cansado del arduo trabajo administrativo de su pequeña empresa nueva y únicamente anhelaba llegar a su cama y abrazarse al pecho pequeño del coronel Kim, pero al llegar no se esperaba que la cena estuviera servida, ó que Hongjoong estuviere esperándolo sentado con una enorme sonrisa al otro extremo de la mesa

— ¿por qué estás despierto a esta hora, Hongjoong? - le inquirió mientras se acercaba a darle un beso en la frente y acariciar con cariño su cabello, Hongjoong se mostró extrañamente sumiso y únicamente levantó sus hombros con una sonrisa.

— Te preparé una cena y esperé para que celebraras conmigo navidad. No me rechaces por favor, sé que no te agrada del todo navidad, pero cociné tu platillo favorito. - culminó su explicación con un pronunciado puchero y ojitos cristalizados, terminando con un Mingi derretido en su lugar, aceptando sin dudar al gesto tierno de su amado.

Pasaron la cena charlando de temas muy diversos, como de cuando Mingi se presentó a los padres del peliazul y casi lo terminaron incinerando cuando les habló de su millonaria profesión, o cuando Kim se presentó ante la señora Song y ésta quedó maravillada con el chico asendoso, o de cuando encontraron a San y Yeosang besándose sobre el escritorio del abogado, incluso cuando Yunho se declaró a Jongho en una soleada hermosa tarde de Agosto, entonces en aquella mesa entró la nostalgia, aquella nostalgia que te dice que el tiempo pasa inevitablemente y nada ni nadie puede hacer algo para que no suceda, ambos suspiraron al unisono, mirandose con destellos de amor sobreabundante, amor puro.

Hongjoong fué el primero en levantarse, apresando la botella aún medio llena, entre sus dedos y palma, yendo a un equipo de sonido y colocando música clásica comenzó a bailar, despojandose poco a poco de sus vestimentas hasta quedar con un saco navideño cubriéndolo de su semi desnudez, zarandeaba sus caderas con gozo a la par que bebía con dificultad de la botella y gotas resbalaban por su mandíbula y más allá, gotas que Mingi seguía con su mirada felina, acercándose con calma hasta dar con el sofá de piel acolchada, se acomodó y le observó.

El sol continuó saliendo pese a que se sentían energéticos, pero lamentablemente la euforia se fué apagando, más en el ebrio peliazul quien se abrazó muy adormilado en el cuello de su pareja, removiendose hasta que encontró una cómoda posición en donde se sintiera protegido, y así fué, pues, podía sentir calma en el aire. Mingi se levantó del lugar y se encaminó hasta la habitación compartida, dejó el pequeño cuerpo en el lecho mientras limpiaba el sudor que se había acumulado en las sienes y cuello con un par de toallitas húmedas, sonrió con dulzor.

Se agachó hasta llegar a la altura del postrado y besó con melaza los labios que reposaban entreabiertos en descanso, tomó lugar a su lado y luego de horas de risas, pudo lograr su primer cometido, el de descansar sobre el pecho cálido de su amado.

— Feliz navidad, Song Mingi, líder de Dangereux. - murmuró un ronco y muy adormilado Hongjoong, plantando una sonrisita perezosa en sus labios.

Mingi sonrió y asintió, olisqueando del aroma hasta que este se impregnara en su propia piel.

— Feliz navidad, Kim Hongjoong, capitán de la policía a cargo de mi caso.

Definitivamente Song Mingi era transportado a otro universo cuando se amaba con Hongjoong y viceversa, desde los besos a las fugaces miradas traviesas.

Definitivamente Song Mingi era transportado a otro universo cuando se amaba con Hongjoong y viceversa, desde los besos a las fugaces miradas traviesas

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feliz navidad de nuevo.
perdón por este especial tan asqueroso, pero peor es dejarlos sin nada.

𝕯𝐚𝐧𝐠𝐞𝖗𝐞𝐮𝖝 - MinJoong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora