𝕮𝔥𝔞𝔭𝔦𝔱𝔯𝔢 𝕾𝔢𝔭𝔱.

176 28 1
                                    

Para el pequeño Hongjoong juraba haber pasado una eternidad en esa habitación, pero la verdad solo habían pasado unas pocas semanas después de que se había dado cuenta su verdadera situación; deplorable y sin ánimos de supervivencia. Su vida fué movida de un lado a otro al antojo de Park y Jongho, ambos jugaban con el cobrizo hasta que verdaderamente se aburrían y se marchaban, entonces hasta ahí el alma se volvía a su cuerpo, pero siempre mantenía la vaga esperanza de ver la cabellera carmín de Song en alguna visita.

Pero no pasó, nunca.

Claro, hasta que, en una noche cálida de domingo, sintió que unos brazos lo tomaban mientras dormía, un gesto suave y dulce, carga nupcial para el receptor de una inmerecida tortura, pero aquel capitán no se inmutó en lo mínimo ya que pensó que aquel gesto era obra de un desesperado subconsciente, pero grata fue la sorpresa cuando se vió a sí mismo en una cama cómoda con sábanas de seda perlada cubriendo su sucio, magullado y grácil cuerpo mientras tenía manos y pies totalmente libres, ¿estaba soñando despierto acaso?

Definitivamente llegó a la conclusión de su sueño cuando logró divisar la silueta de Song por la ventana, a lo lejos también se encontraban Seonghwa y ambos Choi manteniendo una charla bastante amena que ni siquiera se percataron cuando el cautivo cobrizo despertó, no hasta que un guardia soplón se lo susurró en el oído a Mingi, desestabilizando a éste rápidamente.

Mientras tanto Kim, oraba para que no lo sacaran de tan deliciosa y plácida cama mientras se acomodaba pleno en la misma y hundía su rostro en el conjunto de plumas que tenia por almohada, dejándose embriagar por el aroma que se desprendía por ésta.

— ¿Has dormido bien, Hongjoong? - preguntó Song sin poder reprimir una pequeña sonrisa. Vestía elegante; saco rojo que combinaba con el carmín de su cabello, pantalón y camisa negra perfectamente alisado, guantes blancos que hacían juego con las tonalidades oscuras y un par de gemelos con las siglas de "SMG" y "DNGRX", se apegaba con perfección a la figura de Song y le hacia lucir realmente hermoso y elegante, vestiduras totalmente dignas de un Don mafioso y líder nato. Hongjoong sonrió tímido.

—He descansado, muchas gracias. - agradeció aún manteniéndose adormilado y embobado por el elegante porte de Mingi, dió un pequeño suspiro y al tener claros sus pensares frunció el ceño, ubicándose en una posición a la defensiva.
— ¿Por qué me tienes aquí? ¿en donde estoy siquiera?

Mingi se carcajeó con sorna.
— Este es mi penthouse, lo tengo aquí para cuando no quiero ir hasta mi casa y te tengo aquí para comenzar de nuevo, pero si quieres te puedo volver a dejar en aquella celda. - dijo tomando asiento tras un escritorio de vidrio templado y observándole como si tratase de leer lo que pensaba.  — Estando en este lugar permanecerás cautivo, claro, pero con algunos privilegios; tendrás ducha y ropa, libertad a medias, comida de mi comida, que es preparada por el mejor chef de la zona, cama cómoda y una librería para que puedas leer lo que se te plazca, si quieres cortar tu cabello, puedes decírmelo, traeremos estilistas para tí, Seonghwa y Jongho dejarán de venir para cuestionarte pues ahora seré yo quien lo haga, si te molesta dormir conmigo, hay una habitación de invitados. No intentes escapar porque no saldrás con vida. - culminó con una sonrisa de autosuficiencia y se levantó de su sitio para caminar hasta donde el otro le mirada anonadado y atónito.

Hongjoong parpadeó saliendo de su shock no estando muy convencido ante las palabras que se le eran dedicadas, palpó con sus yemas el suave manto de tela y asintió demostrando su inseguridad.

— Como me haga hacer algo asqueroso, no temeré en intentar atentar contra su integridad. - Mingi continuó riendo ante lo educado que Kim se mostraba, llenandole más de ternura que de miedo y asintió sin prestarle el mínimo de atención a la amenaza.

— ¿Cuanto tiempo ha pasado, señor Dangereux? - preguntó Hongjoong mientras lentamente se bajaba de la cama para ver más detalladamente el lugar donde Mingi residía.

— Con hoy, lunes, serian ocho semanas. Ahora estarás más cómodo, podrás durar más.

— ¿Piensa tenerme aquí siempre?

— Hasta que tenga un plan preciso de qué hacer contigo, sí. Me estoy arriesgando mucho al secuestrar a un capitán y agente especial, entonces si te libero debo saber como salir impune de esta. -murmuró Song dejando a la vista su vulnerabilidad y cansancio ante los ojos ahora muy despiertos del cobrizo.

Entonces Kim estudió finalmente a Song en el esplendor de su soledad; no se veía un mal tipo, no lucía maleante como Vito Corleone pero sí lograba intimidar bastante con su aura, incluso esa fachada demostraba que en el fondo temía hacer una mala decisión que arriesgara a su familia, en lo que el difunto Song había trabajado toda su vida y ser una vergüenza para sus parientes, también parecía asustado, sus ojos rasgados hacían que cualquiera se cohibiera, pero si mirabas éstos con detenimiento, notarias lo apagados que yacían, sin brillo, casi, las facciones eran marcadas, hermosas, pero bajo sus ojos habían ojeras que eran cubiertas con éxito total con maquillaje que había aprovechado de la cercanía para observar, su cabello rojizo desteñido ahora caia lacio sobre su frente con pequeñas arrugas por fruncir el ceño. Ahora, Hongjoong leyó como libro abierto a Song, lo conoció con tan solo mirar su rostro y lumbreras, trató de ponerse en sus zapatos, demonios que sí lo intento, pero al notar que tanta gente dependia de Song para darle de comer a sus hijos y cónyuge le abrumó, llevándose a pensar; ¿quien cuidaba de él final del día? no debe ser fácil ser jefe, mucho menos liderar tan bien como Song lo hacía. Mingi notó la intensa mirada sobre sí y recompuso la compostura y expresiones sin moverse de su lugar.

Entonces Hongjoong actuó bajo el mando de su subconsciente y corazón.

Un simple toque de los labios secos del agente especial sobre su mejilla hizo que su corazón detuviera el latir por microsegundos para luego desenfrenarse como loco en bombear sangre a todo su cuerpo con rapidez subliminal, mandando la mayor cantidad posible a sus orejas y nariz.

Y Kim lo "reconfortó" como a él le hubiera gustado que lo hicieran cuando estuviera más hundido en miseria de lo que ya estaba.

parece relleno pero no lo es

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

parece relleno pero no lo es.
quise ponerles algo ¿dulce? porque
en sí ya comienza el desarrollo de la historia.

espero que les esté gustando tanto como a mi y si piensan que las cosas van rápido, me pueden comentar. ♡

1102 palabras.

𝕯𝐚𝐧𝐠𝐞𝖗𝐞𝐮𝖝 - MinJoong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora