Capítulo Cinco: Se acabó la Broma

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—Superman —exclamaba Spider-Man levantándose con cansancio

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—Superman —exclamaba Spider-Man levantándose con cansancio.

—Tranquilo chico, la Liga esta aquí —respondió Superman, tomando la mano del arácnido para ayudarlo a levantarse.

—¿Por qué tardaron tanto?

—Por el momento no puedo decirte —respondió Superman—. Pero apenas nos enteramos de lo que pasaba aquí, vinimos en seguida.

En eso, Spider-Man disparó sus redes al Lagarto, vaciando sus cartuchos.

—¿Qué haces? —le preguntó Superman.

—Escucha, él es una buena persona, necesita mi ayuda —explicó el arácnido mientras cambiaba los cartuchos—. Necesito que sigas protegiendo New York. Yo me tengo que encargar de algo —ordenó antes de empezar a balancearse por la ciudad.

...

Momentos después en Gotham, la araña se columpiaba a donde sabía que se encontraría al payaso. Pronto, aterriza en el mismo parque de diversiones en donde luchó contra Clayface. Esa noche cuando fue engañado, cuando el Joker tomó su victoria ante él y Batman.

—¡Sé que estás ahí, Joker! —gritaba Spider-Man alzando los brazos—. ¡¿Quieres venganza por arruinar tu plan?! ¡Aquí estoy!

Pero en eso, el sentido arácnido se activó; saltando rápido a su derecha para esquivar una pequeña explosión de una bomba que estaba bajo el suelo; pero cayendo en el proceso. El héroe se levanta cansado, con la mano en el hombro, ya que poseía una pequeña quemadura.

—Tienes que irte de aquí —le dijo Harley parada al frente de él.

—¿Harley?

—Por favor, vete.

—Harley, tienes que decirme —exclamó el superhéroe, tomándola de los hombros—. ¿Dónde está?

—No lo entiendes, él solo es incomprendido. No se mere...

—Harley, por favor, te lo pido. Si aún queda algo de la mujer que fuiste, necesito que me digas donde está.

Está solo bajo la cabeza y señaló la casa de la risa, haciendo que Spider-Man la dejase para caminar hacia la misma.

—¡No lo mates por favor! —le grito Harley mientras lo veía alejarse.

—Nunca mato.

Spider-Man entró a la casa de la risa, encontrándose solo con una oscuridad infinita. La araña sabía que era una trampa, pero tenía que acabar con él, tenía que detenerlo. En eso escuchó un rugido, un tigre corría a su derecha, pero Spider-Man no se movió al ver al felino saltar hacia él. Era falso, un holograma.

—¿Los juguetes de tu amigo la pecera no te hacen gracia? —escuchaba la voz del Joker alrededor del cuarto, mientras las luces se encendían, revelando un laberinto de espejos—. Quizás si los misterios no son de tu agrado, los acertijos sí.

The Amazing Spider-Man: Historias de Tierra 1 (Libro Uno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora