Capítulo Uno: Desesperación

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En las frías y oscuras noches de Gotham, un delincuente salía disparado de un ventanal proveniente de un banco

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En las frías y oscuras noches de Gotham, un delincuente salía disparado de un ventanal proveniente de un banco.

¿Dónde está? —preguntaba Batman con un tono de voz más grave de lo normal, mientras salía del marco, de lo que solía ser el ventanal del lugar. 

—No lo sé, por favor. ¡Te juro que no sé nada! —gritaba en completa desesperación aquel ladrón mientras se arrastra en el suelo, dejando un camino de sangre.

Entonces, y sin compasión, Batman lo tomó de su camisa para levantarlo por encima de sí; propinándole entonces una fuerte bofetada con la dorsal de su mano. Y eso, bastó para arrancarle un diente al hombre. 

—¡¿Dónde está?! —le preguntó entre gritos nuevamente, para al no recibir respuesta, arrojarlo de manera brusca contra el suelo. 

—¡Te juro que no lo sé! —gritó en llantos el hombre, alzando la mano como un niño rogando a su padre.  

—Jack Quill. Dos asaltos a mano armada. Un intento de asesinato. Y secuaz del Joker. ¡Dime dónde la tiene! 

—¡No lo sé, de verdad no sé!

Batman sin pizca de empatía, caminó nuevamente hacia el hombre, apoyándose en su rodilla para así tomar la mano del sujeto. El hombre gemía de horror, y eso se intensificó cuando vio como Batman lo tomaba del dedo pulgar, para en un solo movimiento, doblárselo hasta romperlo. Pero sin importar su grito de dolor, llantos y alaridos, Batman se mantenía indiferente a eso. 

—Te quedan nueve dedos —le amenazó. 

—¡Te lo juro! —replicó el hombre. 

Esta respuesta no complació a Batman, el cual optó por tomar al hombre del cabello para así arrastrarlo hacia el ventanal roto.  

—¡Te digo la verdad!, ¡te lo juro! —intentó rogar el maleante, con orina en su pantalón. 

Al llegar al ventanal, Batman sobrepuso de manera brusca la mejilla del hombre en los restos de vidrio que aún quedaban en el marco, arrastrándolo de manera lenta sobre esta. 

—Voy a sacarte la verdad —le advirtió Batman—. ¡¿Me oyes?!

—¿Batman? —preguntó entonces una voz a sus espaldas. Al girarse, Batman se encontró con Jason Todd, su actual Robin; a unos metros de distancia en completo shock.

Entonces, Batman arrojó al tipo a un lado, el cual ya se había desmayado del puro dolor.

—Te dije que te quedaras en el Batimovil —le increpó el vigilante a su pupilo, al mismo tiempo que caminaba hacia él, para así tomarlo del brazo de manera brusca. 

Momentos después, Batman se encontraba entrando al Batimóvil junto a Jason; el cual entraba del otro lado. Pero una vez adentro, Batman sin ninguna razón, abrazó a su pupilo de manera paternal; como si fuera a perderlo, cosa que nunca había hecho.

The Amazing Spider-Man: Historias de Tierra 1 (Libro Uno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora