XII. La esposa del espíritu

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No había perdido, ni una vez desde que se volvió peleador en la arena. Fue una promesa que se hizo así mismo: "Jamás caer derrotado en el lugar donde nació como campeón" y sin embargo, había perdido para proteger al profesor que le había dado asilo en una tierra extraña como Piltover.

Habían confundido sus sentidos con una droga y su cuerpo estaba debilitado. Aún así, su mente parecía mantenerlo entre la dulce ignorancia y la realidad. Estaba consciente que lo arrastraban en contra de su voluntad a un lugar desconocido ante alguien que jamás había visto pero era incapaz de ordenarle a su cuerpo que luchará por soltarse de esas manos que lo apresaban.

Sentía su cuerpo arder, estaba sudando, tenía mucha sed y respiraba con dificultad.

"No me dijiste que era tan atractivo. Parece un hombre cualquiera, de no ser por estas hermosas orejas rojas; son tan suaves que me dan ganas de cortarlas"

 Parece un hombre cualquiera, de no ser por estas hermosas orejas rojas; son tan suaves que me dan ganas de cortarlas"

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Sintió que alguien acarició sus orejas. Nunca nadie aparte de Aphelios y su madre había tocado el único símbolo de que en sus venas corría sangre vastaya. Se sintió asqueado por el roce de aquellas manos extrañas y meneó la cabeza en un intento en vano de alejarse de ellas

"Creí que estaba inconsciente"

"Lo está, no le dará problemas. Un mestizo fue lo que me pidió y un mestizo fue lo que traje. Como usted, ordenó my lady"

"Llévalo a..."

Sett ya no pudo seguir su conversación, su mente comenzó a divagar nuevamente y lo alejó lejos de aquella escena. Lo llevó a un momento sepultado en sus recuerdos, cuando Barlok comenzó a entrenarlo después de que él le perdonara la vida en la arena.

Él mismo se lo había pedido porque el día que peleó contra el viejo ronin se dio cuenta que había estado a punto de perder contra él de no ser por aquel extraño golpe que había convocado de la nada. Quería volver a sentir esa energía recorriendo su cuerpo y usarla cuando él quisiera. Debía encontrar la manera de hacerlo nuevamente por lo que le había pedido a su nuevo aliado que entrenará con él, Barlok lo sometió a varios entrenamientos y uno que recordaba perfectamente, era cuando el viejo ronin había llevado a varios hombres para que lo atacaran.

No creyó poder someter a diez hombres a la vez pero de algún modo lo había logrado, por supuesto no salió muy bien librado y le reclamó furioso a Barlok por su atrevimiento pero luego de escuchar las razones del ronin su enojo se desvaneció. Nunca olvidaría esa lección durante el resto de su vida:

"Fuera de la arena no existen reglas, no siempre podrá elegir sus peleas. Por eso recuerde esto siempre: Cuando alce sus puños no solo está luchando por defender su título si no también su vida. En el momento que caiga al suelo, lo perderá todo y los carroñeros siempre están sedientos y hambrientos de poder; estará solo".

Estaba solo; nadie ni él mismo sabía donde se encontraba. Tenía que hallar la forma de liberarse por sus propios medios.

 Tenía que hallar la forma de liberarse por sus propios medios

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One little bite (Sett x Aphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora