X. Marcas y glifos

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—¡Esto es inaceptable y no pienso tolerarlo!—

Una fina copa de oro había sido aventado al otro extremo de la habitación, derramando su contenido en la pared y parte de la alfombra. Un viejo mayordomo se apresuró rápidamente a limpiar el desastre que había hecho su ama sin emitir ni un comentario al respecto mientras era observado atentamente por el hombre que había llegado aquella mañana con lo que podía suponer eran malas noticias.

El hombre que se había presentado aquella mañana era un zaunita de tez canela, ojos dorados, grande y de aspecto rudo. Tenía un tatuaje tribal en su cabeza rapada que simulaba una media corona de eslabones abiertos. Las facciones de su rostro parecían imperturbables y endurecidas con el tiempo, estaba ya acostumbrado a las rabietas de aquella mujer que más que ser su socia parecía más su patrona.

—¿Vas a calmarte o seguirás sin escucharme?— le preguntó a la hermosa mujer que tenía enfrente y que se mantenía tras un elegante escritorio de caoba y de finos acabados.

La mujer lo observó irritada a través de su par de ojos aceitunados y luego de soltar un suspiro molesto y acomodarse el mechón de cabello rubio que caía sobre su rostro, intentó tranquilizarse.

—Sírveme más vino, Sebastian—Le ordenó  la mujer a su mayordomo y volvió a tomar asiento sobre la silla de su escritorio

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—Sírveme más vino, Sebastian—Le ordenó la mujer a su mayordomo y volvió a tomar asiento sobre la silla de su escritorio.

El mayordomo enseguida dejó la limpieza de la alfombra y se apresuró a llenar una nueva copa con la deliciosa bebida roja que su ama disfrutaba hasta hace poco.

—No deberías beber tanto Claudia. Ninguna mujer respetable debería beber de ese modo— dijo el Zaunita más como un reproche que como una recomendación.

—¿Insinuas que no soy respetable?—preguntó con altivez la mujer y empinó la copa sobre sus labios. —Tal vez mi dinero tampoco lo sea para tu empresa.

—Sabes que no me refiero a eso—El zaunita le dirigió una mirada cansada y soltó un suspiro.

—Entonces explícame de nuevo como un completo desconocido se ha llevado por tres noches seguidas nuestro dinero del Battle Royal, se supone que todo está arreglado para que nuestro campeón gane y tú permitiste... ¡Que un estúpido Don Nadie se llevará nuestras ganancias!— La mujer volvió a exaltarse y azotó su puño con ira sobre la base de su escritorio.

—El tipo es fuerte, más que nuestro campeón, se ha mantenido invicto durante tres noches. Sabes que si la pelea no parece "limpia", la gente no apuesta y a decir verdad, las entradas se han vendido más de lo normal. Todo mundo quiere ver a ese mestizo pelear— explicó el hombre que aún se mantenía en pie y que Claudia al notarlo le indicó con un ademán que se sentará.

—¿Quién es él? Cualquiera que pueda derrotar a mis campeones me interesa— preguntó Claudia apoyando sus codos sobre su escritorio y entrelazo sus dedos mirando a Dominic con interés.

One little bite (Sett x Aphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora