— Amárralo a la cama por mí.
Becky no paraba de delirar, mientras iba de un lugar a otro,
Kinky nasty y aunque sea fancy
Se pone cranky si lo hago romantic
Le gusta el sexo en exceso
Y en el proceso me pide un beso— Podrías bajarle, solo haces que me ponga nerviosa.
Vendrían por mí en unos diez minutos. Mis hermanas y sus ideas conspirativas habían hecho de las suyas con mi apariencia, Barbie y sus mascarillas exfoliadoras y Becky con su planchita mágica. Reconsideraría cortarme el pelo, lo tenía muy largo.
No quería verme tan arreglada, pero tampoco en tenis y pantalones rotos como los que solía usar para ir al estudio.
Las grabaciones iniciarían en algunos meses, y debía dejar mi vida, en procurar que todo salga bien.
Vamos lo hago por el bien de la grabación, uno que otro sacrificio debía hacer.
Aunque amaba la idea de que Shawn apareciera en mi historia, también me daba cierto sentimiento extraño, no lograba asimilar que los personajes en mi cabeza tuvieran vida propia.
Me vi en el espejo...
Como lo mueve esa muchachita
Le mete al dembow y no se quita
— Becky... ¡ya!
Como lo mueve esa muchachita
El poder de convencimiento de mi hermana hizo que terminara moviéndome un poco.
— Ves, que si podes relajarte.
Dieron dos toques en la puerta.
¡Miércoles!
Caminé de un lado a otro.
— El celular, las llaves.
— Todo listo. —revisé de nuevo mi cartera.
— Bien, mordele una nalga por mí.
— Ok—respondí, saliendo de la habitación. Con una pequeña sonrisa.
***
Como era de esperar, él estaba en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad.
Bajé del auto, esas camionetas negras blindadas, celebridades entenderán.
Me hicieron entrar por la puerta trasera del hotel. Había muchas chicas gritando en la parte de enfrente. Del parqueo hasta el piso 21 en ascensor con una cancioncita ridícula. Mi corazón tenía más ritmo.
Al llegar, entré directamente al apartamento, una sala con varias personas, que no se percataron de mi presencia.
— Por aquí señorita. —Caminé hasta llegar a una sala más pequeña, se veía más íntima, algunos peluches regados, dos muebles grandes con algunas mantas, un televisor, algunas guitarras regadas por aquí y por allá.
— El joven vendrá en unos minutos.
Me quedé parada, viendo todo y a la vez nada, me sentía fuera de lugar.
Opte por sacar una silla de una mesita que había en la esquina, habían algunas hojas regadas, parecían ser borradores de letras de canción, supuse. Tomé una, mi lado fan me decía que tomara algunas fotos, pero sabía que no era lo más correcto.
— Hola, disculpa la demora.
Uff ¿sienten calor o soy yo?
Frente a mi estaba el origen de mis más sucias fantasías.
Se tenía que decir y se dijo.
Se notaba que recién había tomado un baño, algunas gotas aun caían por su pecho.
Si señoras y señores, estaba sin camisa.
Con un toalla secaba su cabello, vestía un pantalón de algodón muy suelto, y descalzo.
Caminó hasta un pequeño ropero que hasta este momento noté, y sacó una camiseta.
Se notaba que se ejercitaba el muchacho, estaba para darle y no consejos.
— Estuve escribiendo algunas canciones. —Logré salir de mi fantasía porno cuando habló.
— Mnh- ¿Acaso era lo único que decía?
— Después de leer un poco, pensé que sería buena idea incluir algo fresco a la película.
Esa idea era genial, cuando escribí la historia, sus canciones habían sido un pilar fundamental, pero para la película había pasado por alto eso, me imagino ya existen personas encargadas de eso.
— ¿No te molesta?- Inquirió al ver mi silencio.
— No, para nada, me parece una idea genial.
— Mira—tomó una de las muchas hojas, y se sentó sobre el mueble junto a una guitarra azul.
Palmeo justo a su lado para que me sentara. ¿Tocaría una canción solo para mí?
Su voz era la invitación perfecta al pecado, veía como sus labios se movían al pronunciar cada palabra. La canción era perfecta, hablaba sobre los temores, y como debemos de ser los héroes de nuestra vida.
Sonrió al terminar.
— ¿Qué opinas?
— Es hermosa.
Me quedé mirándole por unos minutos, quería tocarlo y descubrir que aquello no era producto de mi imaginación. Él no apartaba la mirada, pero como la presidenta del club internacional de las tímidas, desvié la mirada primero.
— Creo que deberíamos comenzar.
— Si—contestó, tomando el libreto de la pequeña mesa del centro. Se veía que había estado leyendo, algunas líneas resaltaban con un color celeste.
— ¿Por qué capitulo vas? —pregunté con curiosidad.
— Uno donde la tengo amarrada y me toco enfrente de ella.
¡Fuck! Literal
Sabía que este momento tarde o temprano iba a llegar, pero no estoy preparada aun para ello.
Juraría que mi cara era un poema en estos momentos.
— Entonces...¿iniciamos?
Y es ahí donde entro yo.
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Viviendo un sueño
Roman pour AdolescentsPrólogo Cuando somos niños creamos mundos imaginarios, donde podemos ser héroes o villanos de nuestras propias historias; ir a la luna, formar parte de una familia real, pelear con dragones y cuantas cosas más. De pequeños existen los sueños en su f...