4- Decisión

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Harry decidió que, por una vez, se atrevería él a ir a buscar al profesor Snape. Esos días había pasado la mayor parte de los días con él, ya que él era el que lo ayudaba con sus... ¿cómo de decía? ¡Ah sí! Cartas. Él le enseñaba, y además le preguntaba cosas de pociones. Era extraño, pero después de que el profesor Snape le leyera todos esos libros de pociones, era como si hubieran quedado grabados en su memoria. Se sabía todo.

Caminó por el castillo un poco nervioso, mirando a su alrededor esperando a que apareciera el profesor Snape y lo salvara de lo que tendría que hacer, pero ya que Snape parecía estar donde Harry tendría que ir, decidió que era hora de ir por su cuenta.

Comenzó a caminar hacia las mazmorras, esperando que Snape apareciera y le gritara, pero como eso no pasó, siguió caminando. Cuando llegó frente a la puerta que llevaba a las habitaciones de Snape, más nervioso que nunca, tocó la puerta.

-¿Quién es?-preguntó Snape, desde adentro.

-Eh... soy yo, Harry.

La puerta se abrió, y Harry entró.

Nunca había visto esas habitaciones. Eran bastante más... emmm... ¿brillantes? De lo que él había pensado. Estaban decoradas con papel verde en las paredes, y la habitación principal llevaba a una cocina, pequeña pero útil, y a una sala de estar, que tenía dos sillones frente a una chimenea. Snape estaba sentado en uno de los sillones, y leía un libro de pociones.

-¿Qué haces aquí?-preguntó Snape, mirándolo con una ceja enarcada.

Harry se puso rojo y dijo:

-Solo quería saber dónde estaba.

-¿Por qué?

-Porque... eh... no sé, en verdad.

-Mmmh.

-¿Podemos seguir trabajando con las tarjetas?-preguntó Harry, sin saber si tenía permiso para entrar a la habitación.

-Te las sabes de memoria-dijo Snape, sin levantar la vista de su libro.

-Es que... estoy aburrido-contestó Harry, encogiéndose de hombros.

-¿Y yo, se supone, que debo ser tu diversión?-preguntó Snape, ahora levantando su vista del libro y mirándolo molesto.

-No... no es eso... es solo que este día no hemos trabajado, y estoy muy aburrido.

-Ya veo.

-Pero si no quiere está bien.

-Bueno, para mi suerte, tengo una reunión con el profesor Dumbledore en este momento, así que no podré entretenerte-dijo Snape, levantándose y dejando el libro a un lado.

Harry lo miró y miró el suelo. Pensaba que se estaba llevando mejor con el profesor Snape, pero al parecer no.

-Potter...

Harry levantó la vista.

-Fuera.

El chico asintió y salió lo más rápido que pudo.

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Cuando Severus entró al despacho del profesor Dumbledore, se encontró con que el director estaba hablando con los demás directores de Hogwarts, que hablaban con él desde sus marcos.

Severus hizo sonar la garganta, esperando que el profesor Dumbledore lo mirara.

-Ah, Severus. ¿Cómo estás?-preguntó Dumbledore, acomodándose en su silla.

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