33.- HyunJin

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HyunJin estiró sus brazos lo más que podía hasta tocar la punta de sus zapatos mientras todo su cuerpo se relajaba extremadamente, sintió algunas partes tronar y otras más tensarse, pero seguía tan cómodo haciéndolo, que no importaba. Los estiramientos eran una de sus partes favoritas en el baile, después de aprender coreografías nuevas, claro.

Se levantó del frío suelo de manera, aún con el calentamiento previo e ignorando que alguien más estaba ahí, sentado mirándolo con grandes ojos brillantes, sonrisa enorme y un aura de inocencia irreemplazable.

Yang JeongIn.

El menor de todos miraba como su hyung movía su cuerpo, expresando gestos a veces o soltando quejidos extraños cuando en su cuerpo tomaba la relajación adecuada y HyunJin sonreía. Okay, sí, él también se estaba portando como JiSung al ignorar sus sentimientos por el mayor, pero en su defensa, resultaba difícil si HyunJin estaba enamorado de Park JinYoung, el idol de un grupo mayor. A JeongIn no le molesto al principio porque JinYoung era el mejor idol que alguna vez vio, pero después de un mes, en donde siempre escuchaba los halagos perdidos de HyunJin, toda su paciencia se fue por el drenaje.

No lo hacía obvio, simplemente se alejaba de HyunJin, pasaba de él en la escuela e incluso en la empresa, lo molestaba con cosas tontas solo para hacerlo enojar. JeongIn no sabía que más hacer ahora.

-¿Ya terminaste de romperte los huesos de todo el cuerpo o te ayudo?

Dijo asustando al mayor que inmediatamente, y haciéndole honor a su apodo de dramático, se dejó caer al suelo asustado. JeongIn elevó una ceja antes de acercarse a él sonriendo. HyunJin siempre exageraba sus expresiones o movimientos, haciéndolo ver todo peor y JeongIn amaba eso. En secreto.

-Eres un exagerado, HyunJin.

Ya ni siquiera usaba los honoríficos con él, eran incensarios a esas alturas de su ¿relación? Quién sabe qué era eso que resultaba cada que estaba solos mirándose o compartiendo un espacio de tierra junto a alguien más.

-Nunca vi o escuché que entraras. - respondió el mayor a un el suelo, tocándose el pecho por el susto. - ¿a qué hora llegaste?

-Desde que empezaste el calentamiento.

Sonrió y HyunJin casi vuelve a morir al ver lo lindo que Innie resultaba ante sus ojos. Levantó su mano y suavemente acarició la mejilla del menor, sintiendo aquella suavidad de la que había estado privado por un tiempo. Su corazón latió de nuevo cuando él menor sonrió para él, dejando a la vista aquellos braquets azules que ya pronto dejarían de existir. HyunJin jamás podría dejar de amarlo.

Eso era más que obvió.

-¿Puedo besarte, HyunJin?

Aquella pregunta que llegó de la nada barrio todo el cuerpo del mayor por completo. Lo miró directamente a los ojos, notando que aquellos hermosos orbes brillaban deslumbrantes en sus cuentas, como las mejillas de su menor se tornaban rojas y jugaba con el borde de su camisa. HyunJin no necesitaba pensar en una respuesta porque para él era un sí gigante. Se levantó un poco, quedando sobre sus codos aún más cerca de su dongsaeg, nunca dejó de mirarlo. Ni siquiera porque su corazón estuviera a punto de salir corriendo.

Ladeo su cabeza un poco, rozando su nariz con la ajena y viendo como JeongIn cerraba sus ojitos, se acercó hasta que sus labios se tocaron. Miles de fuegos estallaron en su interior cuando sintió la suavidad de la boca ajena sobre la suya. El delicado compás que marcaba el menor con sus labios. Todo dejó de girar y HyunJin creyó que se moriría justo en ese momento.

-Oye HyunJin creo... ¡Por la Santa madre de todos homosexuales, ¿qué están haciendo?!

El grito de JiSung logró que ambos se alejaran y que JeongIn gritara asustado mientras HyunJin negaba repetidas veces a una pregunta imaginaria que su propio cerebro le hizo.

-¡No es lo que crees! - apuro de decir HyunJin asustado.

-¡¿Cómo qué no?! ¡Si yo estoy viendo cómo se comen la boca!

-Bueno puede que si sea lo que crees...

-¡Yang JeongIn!












✶⊶⊷⊶⊷❍ 🌻 ❍⊶⊷⊶⊷✶

-Soy tu mejor amigo y es mi deber cuidar de ti, HyunJin. No me gustaría volver a ver como lloras por Innie.

-Lo sé.

-Nene, entiendo que estés enamorado de él y que buscas cualquier cosa para estar cerca, pero eso te hace daño. No quiero verte sufrir ¿lo entiendes?

HyunJin asintió con las mejillas rojas y la mirada en el suelo. Después de que JiSung llegará, Innie se había ido casi corriendo de la sala de práctica, dejándolo solos. JiSung le agradeció secretamente al menor por eso, pero también lo maldijo al dejar al mayor con toda la carga.

JiSung entendía que HyunJin amará desesperadamente al menor y que fuera feliz con cualquier cosa que le diera, pero no estaba de acuerdo con que usarán a su amigo como un objeto que puedes desechar y volver a tomar cuando te da la gana. Y lastimosamente, esa era la verdad de ella dos. JeongIn hacía de las suyas y luego lo ignoraba. Lo trababa bien y después mal. Lo ilusionaba y luego lo dejaba caer sin paracaídas.

La realidad de esa relación no era buena, jamás lo sería porque era tóxica. Se hacían daño y no estaba bien.

-Hyunnie, te amo, pero esto es demasiado para ti. - JiSung le acarició el cabello antes de abrazarlo y darle un beso en la cabeza.

HyunJin entendía el punto del regaño, pero no podía simplemente soltarlo. Tenía desde los quince años enamorado de Yang JeongIn, no podía venir y decir que lo dejará libre porque no lo haría. Aún tenía esperanza en que su menor lo viera como algo más.

-Lo sé, pero no es fácil, ¿Okay? He pasado tres años con él, todo el día, todos los días. Resulta complicado si me sonríe o mira de la forma en que lo hace.

-Entiendo, pero hagamos un esfuerzo ¿sí? Yo sé que puedes. - JiSung no lo libero del abrazo, aunque estuviera incómodo en aquella posición. - o simplemente trata de hacerlo confesar

-¿Qué?

-¡Sí! Obliguemos a Innie a que diga la verdad. Que buena idea, Hyunnie. Podríamos darle celos con JinYoung hyung, ¡llámale! Anda.

HyunJin miró a JiSung preocupado y sin entender que estaba pasando, sacó su celular y llamó al mayor como Han se lo pidió. Diciendo que necesitaba su ayuda fue como convenció a JinYoung de ir a su sala de prácticas.

Y pasó, poco después, ya tenían a un Park JinYoung sentado frente a ellos sin entender un carajo.

-Bien, ya estoy aquí, díganme que necesitan.

Mala idea decir esas palabras.

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