Heridas abiertas

7 3 0
                                    

Ale:

-Esta noche invito yo a la cena.- Digo con la mano en la frente sujetando una gasa que me ha puesto Sai.

-Esta noche pedimos una pizza y la pago yo, que tengo ganas de ver una peli y relajarme, demasiado Romeo y Julieta por hoy...- Se le ve cansada la verdad, AH se lo tengo que preguntar.

-A ver explicame eso de que eres comisaria y al mismo tiempo vas a la universidad, porque yo no entiendo nada.- Grito suave desde el segundo piso de la casa mientras ella viene detrás.

-Entra en el baño que te voy a limpiar todo eso, y te cuento ahora agonías...

Mientras me saco la sudadera como puedo, voy pensando en la obra, estoy bastante preocupada, no sé que saldrá de ahí.

-Te dejo esta camise- p-erdona...- Sai entra en el baño con una camiseta blanca en la mano y un pantalón de pijama rojo; sorprendida al verme desnuda tartamudea y retrocede tapando los ojos como una niña pequeña.

-Estás tonta? No tapes los ojos que las dos tenemos lo mismo.

-P-erdona no llamé antes de entrar, fallo mío.- Se la ve nerviosa, tendrá algún trauma? Dios mío como puedo ser tan cotilla.

-No te preocupes anda, trae; y ayudame con esto o se me manchará tu pijama.- Sonrío amablemente y me pongo el pantalón, tengo bastante frío así que por reacción cutánea mis pezones se han puesto durísimos, y Sai no para de bajar la mirada.

-Oye, no tienes porque apartar la vista sabes?.- Le toco el brazo mientras ella agarra el botiquín de un armarito que está debajo del lavabo.

-A ver si yo encantada, pero esto es una cita no? (Asiento con la cabeza) tampoco es plan de incomodarte ahí con la mirada perturbadora no? jajajaja.- En parte tiene razón, pero la verdad, la besaría ahora mismo sin lugar a dudas.- Sai se acerca a mí con el botiquín y me señala el báter.

Coje un taburete blanco que hay en una esquina y se sienta en frente mia, va sacando alcohol, guantes, aguja e hilo, ESPERA QUÉ?.

-Un segundo no me irás a coser la frente no?!

-Estate tranquila que no te vas a enterar, suerte que es encima de la ceja y hay bastante grasita, no te enterarás de verdad confía en mí.

-Tengo frío.- La miro con ojitos de cordero a ver si me deja su sudadera, igual cuela jejeje.

-Ya veo; toma anda.- Mira hacia mis pechos y se saca la sudadera dejando ver un trocito de su abdomen.

-Curame esto antes de que me desmaye.- Estoy nerviosísima, demasiado, necesito una copa de vino o algo para dormir, odio las agujas.

Sai coloca unos guantes de látex y una mascarilla quirúrquica. Agarra unas pinzas y un trocito de gasa; ahí vierte el alcohol y limpia cuidadosamente el borde de mi herida. De vez en cuando me pica y me duele pero es soportable.

Coje una gasa para eliminar el coágulo de sangre que se ha formado de tanto que he presionado y limpia cuidadosamente con las pinzas. Con aguja e hilo quirúrgico comienza a anudar en cada extremo de la herida y todo eso... No quiero especificar esta parte que me da mucho asco.

Coloca un apósito para que no roce con la pequeña costura de cuatro puntos que ejecutó en mi frente.

El perfume de su sudadera me tranquilizó bastante, una mezcla de vainilla y tabaco merodeaba por mi nariz y mi cuello.

Sai pide una pizza, se pone el pijama y bebemos una copa de vino para celebrar que no he muerto por una costura. Comenzamos a charlar en lo que venía el pedido; de todos los golpes y heridas que nos hemos hecho; y las que nos quedan...



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 27, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Por qué ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora