''Para Kim Namjoon:
no sé cómo empezar esto, no sé cómo te lo tomarás ni siquiera, pero quiero que me digas algo: aunque yo no esté, ¿me recordarás? Por favor, no me recuerdes con lágrimas, no quiero que mi muerte te sea un pesar. He hecho esto porque sería feliz finalmente donde quiera que fuera, así que quiero que siempre que me veas pasar por tu mente, sonrías porque finalmente soy feliz. Sé, o creo al menos, que no te será demasiado fácil asumir que ya no vaya contigo a ayudarte a trabajar, no te lleve comida, ni salgamos a tomar algo por ahí, pero créeme que siempre te protegeré, no importa si te pierdes en ti mismo, yo te guiaré para que tengas la felicidad en este mundo.
Namjoon, soy feliz.
Recuérdame, por favor,
Kim SeokJin.''
Temblaba con cada letra que leía más y más, cada vez más. Terminé haciendo algo que tenía que haber hecho desde el principio: lloré, lloré como nunca, arrodillado ante la piedra tallada, con la frente en el suelo y la carta apretada contra mi pecho. Gritaba de dolor, pues por haberme confiado, lo había perdido, había perdido a la persona que más amaba en este mundo. Nunca me había dado miedo la muerte, pero tras esto definitivamente le tenía pánico. Algo tan horrible como ser separado eternamente de una persona que tanto te ha dado, y sin haberle podido devolverle algo a cambio, solo unas frases animándole a quitarse la vida eran, definitivamente algo tan, tan pero tan doloroso que no se puede explicar de ninguna forma.
-No me dejes, por favor. No tengo a nadie, Jin, ni siquiera me tengo a mí mismo. Lo siento mucho, pero no soy capaz de recordarte con una sonrisa, no soy capaz de aceptar que no te voy a volver a ver jamás, que todo el tiempo para estar a tu lado se ha agotado. Vuelve.
-Namjoon, se ha ido.- Jungkook se había acercado a mí, agachado a mi lado con una mano en el hombro. Él parecía saber lo que había pasado, pero no sabía absolutamente nada.
-No, Jungkook. Jin no se ha ido. Voy a volver, lo voy a traer de nuevo y nada habrá...- Mi voz volvió a romperse, era inevitable. Sabía que no había forma de recuperar a Jin.
Tras aquel día, solo me quedó estar con los chicos, todos nos volvimos a juntar, y lo peor es que el primer día nos juntamos en casa de Jin. Fui el único que se quedó allí a dormir, así que por la noche encendí la consola y comencé una nueva partida. Con fuerza cerré los ojos y jugué. Pronto comencé a recordar aquella vez que estábamos en su habitación jugando juntos, incluso podía oler el pastel quemado en el horno. Aquel día llovía como hoy, lo cual solo me hacía estar más reflexivo. Pausé el juego y silencié la televisión para quedar en completo mutismo. Podía escuchar, entonces, las gotas contra la ventana, el aire moviendo los árboles, la aguja del reloj marcar los segundos, y los latidos de mi corazón.
Jin, sé que estamos viendo el mismo cielo, sé que estás conmigo ahora mismo. No hay día que no te recuerde, día que eche de menos comer contigo. Jugar con las consolas no es lo mismo, es extremadamente silencioso, ¿dónde quedaron tus gritos de energía? ¿Y tus quejas cuando perdías? Ha pasado un poco de tiempo pero sigo preparando plato para dos, sigo diciendo que he llegado a casa y que me voy como si estuvieras, limpio tu habitación todos los días. La lluvia solo me hace sentirme mal, me recuerda la tormenta que había en tu corazón y que yo no pude amainar, me recuerda que estabas empapado por las gotas y que no se me ocurrió la idea de compartir el paraguas contigo. A partir de ahora las cosas no van a ser como antes, eso está claro.
¿Sabes qué? Nos vamos a ver pronto. ¿Quieres jugar?
Todo a oscuras a excepción de una televisión con un juego. En la pantalla se mostraba: 'esperando segundo jugador...'
Nombre: Kim Namjoon
Edad: 22 años
Día de fallecimiento: 10 de diciembre. (04:12)
Causa del fallecimiento: asfixia.
Más: Encontrado en la casa de Kim SeokJin.