No digas nada, ni siquiera una palabra

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Aquel ramo de flores secas que cayó frente a mí no hizo ningún ruido, totalmente al contrario que mis rodillas en el suelo. ¿Por qué? Tengo que encontrar la explicación lo antes posible.

31 de agosto. Seguía teniendo la nota en mi posesión. Hice lo que tenía que hacer esa noche y dejé que todo fuera igual, aunque cada vez me costaba más porque no entendía nada.

Era 3 de septiembre. Estaba solo en mi habitación. Había cogido unas chinchetas de la casa de Jin. No le especifiqué para qué las quería, aunque tampoco me lo preguntó, así que de lujo. En la pared había puesto la carta con una chincheta. Si todo aquello se quedaba por muchas veces que repitiera esos momentos, era perfecto. Solamente tendría que ponerle una sábana o algo por el estilo para que Jin no lo viera. Sentado en la cama, a las 2 de la mañana solamente pudiendo ver gracias a la luz de la luna que se filtraba por la ventana, miraba la carta con una cara discriminatoria. No la entendía. Es decir, sí, pero a la vez no. De repente caí en la cuenta de algo. Me levanté a toda velocidad para agarrar una hoja y un papel. Apunté la hora a la que Jin se había suicidado.

-El primer día fue a las 3:36... El segundo a las 3:36... El tercero a las 4:53... ¿Por qué cambia la hora? ¿Si no estoy se despierta más tarde? ¿Y si impido que se vaya a su casa a dormir? Bien, haré eso...

Hablaba conmigo mismo ya que nadie me podía escuchar. Lo único que me hacía falta en esos momentos era descubrir aunque fuera un motivo. En la carta ponía que estaba soportando cosas. Solamente tenía que saber algo para ayudarlo. Debía haberle sentir que no estaba abandonándole.

Eran las 10:42 cuando Jin llegó a casa con comida. Ese día no tenía trabajo así que me quedé durmiendo hasta que me despertó tirándose encima conmigo, dándome un beso en la mejilla mientras sonreía. Me seguía doliendo verle sonreír. No, perdón, eso no era una sonrisa, simplemente... una mentira. Desde ahora le llamaré ''mentira de sus labios'', porque no podía asumir que eso fuera real.

-Namjoon, son casi las once. Vamos. Te he traído el desayuno.- Me dijo acomodándose conmigo, y al final los dos nos quedamos dormidos cuando lo que queríamos era totalmente lo contrario.

13:59. Me desperté por un sueño y no por una pesadilla. Jin me estaba abrazando con la cara hundida en la almohada. Me froté los ojos para intentar ver con más claridad. La verdad es que la idea de dormir más con él me estaba tentando demasiado, pero tenía que investigar. Me levanté con mucho cuidado y saqué el móvil de su mochila. Con él en la mano me fui corriendo a la cocina y me senté en una silla. Por suerte amos nos sabíamos las contraseñas del otro. No sé por qué, supongo que era porque llevábamos tanto tiempo juntos que no nos esforzamos en cambiarla porque no tenemos nada que esconder, o tal vez Jin sí. Rara vez me dejaba coger su móvil.

Todo estaba normal: fotos con amigos, de él, conmigo, compañeros del trabajo y de la universidad, amigos de los que me había hablado conocidos de fiesta... Lo normal, hasta que, sin querer y por pura casualidad porque le di a una aplicación cuando quería apagar el móvil, encontré en el bloc de notas un par de cosas que me llamaron la atención:

'SeokJin. ¿De verdad?'

'Tengo miedo.'

Solamente ponía esas dos cosas. ¿Por qué? Le tomé captura de pantalla y lo pasé a mi móvil por bluetooth para no dejar rastro. Después eliminé la captura tanto de la galería como de la papelera y volví a meter el móvil donde estaba, actuando como nada hubiera pasado.

11 de septiembre. Jin estaba ya en la puerta despidiéndose de mí diciendo que era tarde. Era mi momento. Tenía que protegerlo de su mente.

-Jin, quédate a dormir. Hace tiempo que no dormimos juntos.

-Eso es mentira. Hace una semana nos quedamos dormidos. Cuando te traje el desayuno que terminó siendo la merienda.- Mencionó con la mentira de sus labios. Negué cerrando los ojos.

-Eso no es dormir juntos. Va. Mañana es mi cumpleaños, por favor. Me haría feliz despertarme junto a ti.

Pude convencerlo. Un gran alivio. ¿Eso significaba que esta vez lo salvaría? Por favor. No pido nada más que eso.

Cuando nos acostamos a las 2:18, me encargué de hacerle sentir que era amado. Quería eliminar todo lo que rondaba por su mente, hasta que nos dormimos.

12 de septiembre, 11:16. Jin se había levantado unos diez minutos antes que yo y estaba haciendo el desayuno... sin pantalones, pero era lo de menos. Una gran alegría me atacó hasta el punto de hacerme llorar. Salté corriendo hacia él, abrazándolo y dándole incontables besos. Estaba confuso, pero supuso que era porque había soñado de nuevo algo malo.

-Bueno, dejando dramas de lado... El verdadero drama aquí es que no tienes azúcar. ¿Te tomas el café amargo?

-Sí. Me gusta más, la verdad.

-Entonces voy a mi casa a por azúcar, y de paso te traigo tu regalo de cumpleaños. Te quiero.- Dijo dándome un beso. Minutos después me encontraba solo en casa.

12:04. El timbre volvió a sonar, lo que me hizo gracia. Creí que era Jin jugando, así que abrí la puerta con una sonrisa. No era él. Era un chico vestido de negro. Su rostro no era el más animado ni nada, ni siquiera podía mirarme a los ojos. Estaba perdido. Creía que se había confundido de casa, pero no.

-¿Kim Namjoon?

-Sí, soy yo.

-Lamento informarle de que...- No. No. No. No. No, Jin, no. ¿Otra vez? ¿De verdad? Asentí con la cabeza lentamente cerrando la puerta para correr a la cocina, coger la taza de la que había estado bebiendo y la tiré contra el suelo con fuerza, llorando ya no por tristeza, que también, pero más por ira.- ¿Qué necesitas que te diga para salvarte? Deja de hacerlo.

-Jin, si me oyes, por...

Nombre: Kim SeokJin

Edad: 24 años

Día de fallecimiento: 12 de septiembre. (11:44 A.M.)

Causa del fallecimiento: Asfixiado por humo de su departamento,

Más: Cicatrices en las piernas y brazos de cortes profundos, posible depresión. Provocó él el fuego. Mantenía una nota que ponía 'lo siento'.

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