Alcé la mirada para encontrarme con una silueta que se me hacía de lo más familiar.- ¿Quién eres?- Pregunté difícilmente entre lágrimas y con la voz desgarrada.
Agosto,31. Lo de siempre.
Septiembre, 3. Antes de que Jin llegara con la comida, estaba contemplando la pared de nuevo. Agarré una hoja a gran velocidad y escribí lo que leí en su móvil.
'SeokJin. ¿De verdad?'
'Tengo miedo.'
Me quedé mirando la pared con la vista completamente perdida, detallando con mis ojos toda la carta nuevamente intentando ver si había algo escrito, o ver si era una hoja pegada a otra... algo. Y de que me quise dar cuenta, Jin ya estaba conmigo. Esa vez no dormimos juntos porque me encontró despierto. Nos quedamos hablando de su gran dilema respecto a un videojuego que lo tenía muy enganchado. Me confesó que, cuando yo me dormía por el trabajo, él sacaba la consola y se ponía a jugar en vez de hacer cualquier otra cosa.
La verdad es que hubo un punto en el que yo ya me perdí de la conversación mirando la pared tapada con una sábana disimuladamente para que el mayor no sospechara. ¿Qué significaban esas palabras? Tal vez si iba a casa de Jin podía averiguarlo. Tenía que encontrar la forma de poder conseguir saber qué era lo que rondaba por sus pensamientos y el motivo por el que me lo escondía porque de verdad que me estaba matando.
-Jin, quiero ir a tu casa. Hace mucho que no voy.
-Fuiste el otro día, Namjoon. -Me contestó riendo, lo que para mí no era más que un puñal en el corazón que debía ignorar.
-Ya, pero quiero ir otra vez. Me hace bastante ilusión. Por favor.
-Vale, pero cuando termines el trabajo. Ya se te ha acabado el descanso.
-Pero si hoy es mi día libre.
-¿Y eso significa que no vas a limpiar la casa? - Nota mental: La próxima vez me hago el dormido otra vez para que se duerma conmigo y no me haga moverme tanto. Mi cuerpo no soporta trabajar en los días libres...
Tras finalmente haber acatado órdenes como un esclavo, fuimos a su casa. Me dijo que me quedara a cenar, a lo que claramente acepté sin problema, no solo para tener más tiempo para buscar algo más mientras él cocinaba sino porque todo lo que hacía con sus manos era increíble, y sí, absolutamente todo.
Me dejó quedarme en su habitación jugando con la consola. Sigilosamente cerré la puerta cuando escuché que ya estaba con la cocina escuchando un poco de música. De vez en cuando jugaba un poco para avanzar y no estar en el mismo sitio donde me había dejado, pero me centraba mucho más en encontrar mi objetivo.
Miré donde encontré la carta la segunda vez que pasó aquello, o tercera. Ya perdí la cuenta. Nada, vacío. Eso solamente me produjo una pregunta; ¿cuándo escribe la carta? ¿Hay posibilidad de atrasar el día? Tendría que buscar algo por mi mente para mantenerlo todo el día de mi cumpleaños ocupado, desde las doce hasta las doce del día siguiente.
Revolviendo un poco por su escritorio encontré un post-it:
'Juventud divino tesoro,
te vas para no volver.
Cuando quiero llorar no lloro,
y a veces lloro sin querer.'
Era una estrofa de un poema de Rubén Darío. Un poema de lo más triste a mi parecer que hablaba sobre cómo dejamos la juventud atrás. ¿Y si era eso lo que estaba atormentando a Jin? ¿Y si quería ser joven para siempre pero la única forma de serlo era quedarse en los años actuales?
-Namjoon, te llevo llamando diez minutos. Ah, ¿qué haces revolviendo por mi escritorio?- Me preguntó acercándose. Yo ya me veía venir una bronca, pero se limitó a reírse mientras volvía a guardar la nota y me abrazaba por la espalda, meciéndonos ligeramente. Noté un ambiente triste que me hizo mirar a la ventana medio bajada, percatándome de la ventana abierta mientras que el mayor se dedicaba a recitarme en forma de susurro el poema entero. Su voz era de lo más calmada y apetecible en esos días de tormenta mientras lees en la cama. Ese chico no dejaba de sorprenderme.
En ese día nada más especial pasó, y el once de septiembre volví a convencerlo de quedarnos en casa a dormir, aunque antes me aseguré de hacer la mayor compra de mi vida.
14:56. Los dos tirados en la cama, yo leyendo y él jugando a su videojuego tan adictivo. Al final nos quedamos durmiendo, echándonos una siesta hasta que el móvil del contrario sonó. Yo estaba abrazado a él así que cuando se levantó, me molesté lo mío, soltando un par de quejidos a los cuales se disculpó por haberme despertado, respondiendo a la llamada segundos después.
-Me tengo que ir, Namjoon.
-Déjame acompañarte. -No, no le iba a dar oportunidad de irse. No otra vez.
-Namjoon, tengo que irme solo. -Dijo acariciándome el rostro con suavidad, pero yo continuaba negándome, preguntándome si ya había escrito la carta que declaraba su suicidio.
Al final salió literalmente por la fuerza; le agarré el brazo para que no se moviera pero lo único que conseguí en ese momento fue molestarlo todavía más.
Soy un idiota.
-Jin, si me oyes, por favor...
Nombre: Kim SeokJin
Edad: 24 años
Día de fallecimiento: 12 de septiembre. (19:27)
Causa del fallecimiento: Asfixiado por gas de su departamento, accidente.
Más: Cicatrices en las piernas y brazos de cortes profundos, posible depresión. Antes de morir se cortó un poco los labios con el cristal de un retrato junto a un chico. Encontrado horas después por la policía al oler gas abierto.