Capítulo 4

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Nicolette estuvo todo el día evitando a Elliot y Vanessa, lo cual era demasiado difícil, los chicos estaban en todas sus clases, si no eran ambos, al menos uno de ellos.

La chica suspiró aliviada cuando tomó asiento frente a la psicóloga de la escuela.

-¿Cómo te fue hoy querida?

La pelinegra suspiró.

-Hay dos chicos que me están volviendo loca.

-¿Ya conociste a Elliot y a Vanessa?

Nicolette abrió los ojos como platos impactada.

-¡Tía Amelia! Tú... pero... ¿cómo?

-Lo sé... lo sé - respondió la mujer tomando las manos de Nicolette - Tu tío y yo debimos habértelo dicho antes. Nicole, tus padres decidieron contratar guardaespaldas.

La chica bufó y observó con detenimiento a su tía para confirmar si le estaba jugando una broma. La mujer la miraba de vuelta con toda la seriedad que podía transmitir.

-No parecen guardaespaldas - dijo Nicolette cruzándose de brazos.

-Son espías - respondió su tía suspirando - pero ellos podrán defenderte.

Nicolette volteó los ojos.

-O sea, ¿me los voy a tener que aguantar todo el día, todos los días por el resto del año escolar?

Amelia asintió y Nicolette gruñó.

-No te quejes, - le dijo la mujer - sus padres son amigos de la familia, es más, el padre de Vanessa está con tu padre justo ahora, tú misma lo conoces.

-Ives - susurró la chica.

-El hombre de confianza de tu padre - respondió su tía asintiendo - Bueno, - dijo poniéndose de pie y tomándo su cartera - vámonos a casa.

Nicolette se llevó una gran sorpresa al llegar a su casa y encontrarse con Vanessa y Elliot en la sala.

La chica se volteó hacia su tía, indignada.

-¿Enserio? - la mujer enarcó las cejas y Nicolette gruñó - ¿Qué hacen ellos aquí?

Amelia soltó una pequeña risa y la chica frunció el ceño, irritada; Nicolette no podría descansar de ellos si la iban a vigilar hasta en su misma casa, la verdad era que le parecía algo exagerado.

-¿Qué pasa Nicole? - preguntó la mujer - ¿No te gustaría tener algo de compañía?

-Por supuesto, pero ellos no - Nicolette se volteó hacia los chicos, que estaban de pie a unos metros de ella - Sin ofender, pero me ponen los pelos de punta.

-Princesa - dijo Vanessa acercándose un paso - estamos aquí para entrenarla, ayudarla con su personaje.

-¿Disculpa? - preguntó la chica levantando una ceja.

-Con todo respeto alteza, - continuó la pelirroja - Elliot y yo hemos llegado a la conclusión que las últimas veces que ha sido descubierta es porque su actuación no es lo suficientemente convincente.

Nicolette se cruzó de brazos.

-Así que, ¿están aquí para darme clases de actuación?

-En teoría.

La chica volteó los ojos y se giró hacia su tía, lista para protestar, pero la mujer había desaparecido de la vista. Nicolette suspiró dándose por vencida, de todos modos, estas lecciones probablemente la ayudarían a poder quedarse en esa misma ciudad al menos por un año.

Alza la BarbillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora