COLD HEART | DESCENDANTS

FOURTEEN

- Todos sabemos porque estamos aquí.- dijo el rey Adam hacia Benjamin, Mal y a mí.

- Yo no.- confesé.

- El pueblo entro en pánico por lo de Hades, casi escapa.- recordó el mayor.

- Oh, hablan de eso.- dije por fin entendiendo todo.

- No sé que habría hecho si hubiera escapado.- comentó el hada madrina.

- Seria riesgoso tener a otro villano suelto.- regañó el rey.

- Siento que esto es culpa mía, se supone que protejo a Auradon.- dijo Mal sintiéndose culpable.

- Y lo hiciste, claro que proteges a Auradon.- consoló el rey Ben.

- Cada vez que abre la barrera, nos exponemos a un riesgo Maléfica, Uma, Hades.- comentó Adam mientras yo solo escuchaba, cuando termino de hablar el celular de Benjamin comenzó a sonar. Y fue mi turno de hablar.

- Por más que me guste enterarme de todo, aun no entiendo que hago aquí.

- Estas aquí, porque tú lideras tu reino y esto también le puede afectar a Arendelle.- habló Bella.

- Entiendo.- dije analizando la situación.

- Robaron el cetro de Maléfica y la corona de la reina.- dijo Ben.

- ¡No!- exclamó la Hada Madrina.

- ¿Uma?- preguntó Adam.

- No sabemos eso.- reclamó Ben.

- Cuando se sepa que pasa nadie querrá salir a la calle, ¿Qué les diremos?- preguntó Bella.

- Ayer por la noche.- empecé a hablar y todos me voltearon a ver.- Estaba con amigos y sentí que usaron magia oscura.

- ¿Puedes saber quien fue?- preguntó Adam.

- No, pero estoy segura que no fue Uma, si Uma hubiera tomado el cetro, la magia se sentiría muchísimo más poderosa, por el collar de Úrsula.- dije viendo por la ventana hacia el mar.

- Mal.- la reina le habló a la peli morada.- ¿Qué hacemos para alejar el mal de Auradon?

- Creo que hay solo...- empezó a decir Mal.- una manera de garantizar que todos estén bien. Y creo que desde ahora ya no podremos entrar y salir. Hay que cerrar la barrera para siempre.

- No.- dijo Ben molesto.

- Hijo.- le habló el rey Bestia.

- Los hijos de villanos no tienen la culpa de los actos de sus padres.- dije caminando hacia la salida.- si me disculpan, necesito aire fresco.- salí del lugar caminando hacia los establos.

- ¡Hey, Alexis!- me llamó alguien.

- ¿Qué pasa Jay?-pregunté.

- ¿Todo bien? te noto molesta.

- Si, es solo que acabo de colgar de una llamada familiar.- mentí.- Voy a montar, ¿quieres acompañarme?- pregunté sonriendo.

- Claro.- me sonrió y me extendió su brazo para después enganchar mi brazo con el suyo.

- Vamos.

Caminamos en silencio disfrutando de la compañía del otro.

- ¿Y qué tal todo con Ezra?- preguntó una vez que estábamos esperando a que prepararan a los caballos.

- ¿Ezra?- pregunté confundida.

- Si, me enteré que se besaron el día de tu coronación.

- ¡Oh!, no fue nada, simplemente me encontraba vulnerable y pensé que los sentimientos seguían ahí.- comenté distraída.