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Se detuvieron un momento a pedido de Shino, el líder del grupo, para planear qué harían y cómo se moverían para recuperar a Hinata sin perder al Bikochu en el camino.
También estuvieron unos buenos cinco minutos extra explicándole a Naruto que había sido el único que no sabía de la existencia de aquellos tres ninjas que los perseguían.

No demoraron mucho más en armar una estrategia y dirigirse al lugar de encuentro acordado en la nota. Shino fingió entregar el preciado insecto mientras Kiba se encargaba de arrebatar a Hinata  (que por cierto estaba cubierta de cera de abeja para mantenerla inmóvil) del agarre del ninja enemigo.
Apenas la tuvo en sus brazos, el cuerpo de la Hyuga se derritió: era un clon de cera. Kiba maldijo mientras se limpiaba un poco lo pegajoso del abrigo y fue cuestión de segundos que los atraparan bajo tierra junto con un montón de larvas particularmente grandes.

En el techo alto había un agujero por el que les hablaba la líder de los ninjas enemigos y se podía ver detrás de ella una gran abeja que era la reina y madre de las larvas.

— Como no tuvieron intenciones de darnos el Bikochu por las buenas y tampoco quieren decirnos dónde lo ocultan ¡Tendrán que arreglárselas para salir de allí solos! — Exclamó la mujer con una sonrisa victoriosa en el rostro.

Naruto le contestaba a los gritos y muy enfadado a cada una de las provocaciones que les dirigían. Shino se mantenía callado y alerta, tratando de pensar una salida rápida del pozo donde se encontraban.

—Dejamelo a mí. — Murmuró Kiba mirando hacia el Aburame con una sonrisa ladina.

— No, Kiba. Espera. — Era muy tarde. El chico de las marcas rojas, se agachó hasta tocar el suelo con las manos posicionándose "en cuatro patas". Sus uñas crecieron, sus colmillos de hicieron más notorios que antes y una mirada salvaje se apoderó de sus ojos. Una vez listo, utilizo su técnica del colmillo tratando de desgastar y taladrar las paredes del espacio buscando crear alguna salida nueva.

Sin embargo, al terminar de girar una ola de cansancio repentino se apoderó de su cuerpo. No era usual que ese movimiento le consumiera tanta energía. Le costaba respirar, mantenerse de pie le parecía un suplicio. Con una mano se tocó el pecho buscando sentir sus latidos y apretó entre sus dedos la tela de su abrigo. — ¿Q-Que es esto? Ugh... — Además, en las paredes del pozo solo había logrado hacer algunos rasguños. Nada que pudiera ser útil para escapar.

— ¡Kiba! — Gritaron al unísono los otros dos chicos. El de los lentes logró moverse a tiempo para poder agarrar el cuerpo del Inuzuka antes de que colapsara y cayera directamente al suelo.

— ¿Aún no se han dado cuenta? — Volvió a presionar la mujer que los miraba desde arriba. — Esas larvas se alimentan del chakra. Cuando más se esfuercen, peor será. Deberías saberlo, Aburame. —

Shino chasqueo la lengua mientras miraba un poco más intranquilo al castaño en sus brazos. Tenía los ojos cerrados, pero mantenía una expresión dolorosa en sus facciones.

— ¡Shino! ¿¡que hacemos!? — Reclamaba el rubio con total desesperación. Las larvas se les venían encima y no tenían otra escapatoria que el hueco de arriba. — ¡Di algo, rápido! —

Antes de que las larvas se les terminarán por abalanzar, el de pelo oscuro lanzó su Kunai hacía la abertura y golpeando a la abeja reina. Esta se molestó y arrojó grandes cantidades de cera hacía el pozo donde estaban inundando el lugar.
No pasó mucho tiempo hasta que no pudo seguir sosteniendo a Kiba contra él. Temía que estando inconsciente se ahogara en aquel líquido, pero para su suerte, Naruto pudo encargarse de mantenerlo a flote.

— ¿¡SHINO QUE ES ESTO!? ¡MORIREMOS AQUÍ! — Fue lo último que logró escuchar el líder de la misión antes de que la cera lo cubriera por completo.

Detrás de los lentes - Shino x Kiba (Fluff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora