Capítulo 3

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Tenía el presentimiento de que había desencadenado algo cuyo control se le escapaba de las manos, sin embargo se sentó frente a su escritorio y sin perder tiempo comenzó a escribir una respuesta.

Capitán Leonard Knigth

1º Batallón

Campamento Norte

Crimea

13 de Mayo de 1854

Estimado Leonard:

Me alegra inmensamente que mi carta haya sido tan bien recibida . Y aunque llegue a hacer muchas cosas a lo largo de mi vida, estoy segura que nunca estaré tan orgullosa de mis logros como de haber podido llevar un soplo de nuestra primavera hasta Crimea. Agradezco su elogio , y mucho más que me haya comparado con Balzac, pero si vuelve a decir algo semejante me preocuparé por su buen juicio.

Desde ya que le permito considerarme su amiga, así como yo lo considero el mío. Así que estoy a su entera disposición y más que dispuesta a seguir escribiéndole largas cartas, y después de lo que me ha contado me he puesto como meta arrancarle varias sonrisas mientras lee mis líneas. Así que , amigo mío, prepárese para que lo sigan mirando raro.

Y no se preocupe demasiado por lo que pueda contarme, no soy tan sensible como para sentirme apabullada por los relatos de la guerra, así que puedo ser su confidente tanto como guste. Después de todo leo los periódicos y sus crónicas de guerra no pueden ser peores que las que aparecen impresas. Es mejor dejar salir todo y no guardárselo sin poder contarle a nadie, además si los amigos fueran sólo para los buenos momentos, no tendrían mucha razón de ser. Necesitamos alguien a nuestro lado en nuestros momentos más oscuros, de la misma forma yo le contaré a usted mis malos momentos. Y por si nunca lo ha sospechado la vida de una joven soltera en Dorsetshire puede llegar a ser algo aterrador. Juzgue usted mismo , ayer me encontré con las hermanas Alistair, estoy segura que ha de conocerlas, son dos ancianas encantadoras pero intento evitarlas a toda costa. En realidad las aprecio, ¿por qué las evito entonces?Por si usted no lo recuerda una de ellas es viuda y la otra soltera, en fin, cada vez que las veo se sienten en la obligación de aconsejarme sobre mi futura vida matrimonial. Es decir una de ellas me aconseja que me case pronto, que tenga hijos y que no pierda el tiempo y la otra me aconseja que siga soltera , viaje y disfrute de la vida y evite ser esclava de un hombre. Cada una me da sus argumentos, e invariablemente terminan peleando entre ellas y me dejan totalmente desconcertada, con la sensación de que haga lo que haga, cometeré un terrible error y es más, estoy segura que cuando golpee mi cabeza contra la pared por haber tomado una mala decisión, una de las hermana Alistair ( la que corresponda según el caso) aparecerá para decirme "te lo dije".

Y cuando volvía a casa, pensando que mi día no podía empeorar, mi madre había recibido una invitación a un baile. Ni siquiera le contaré esa parte porque podrá darle pesadillas.

En fin debo decir que no ha pasado nada interesante para reportarle, excepto que el perro labrador de Arthur Flint confundió al sombrero nuevo con plumas de la señora Flint con un animal y lo mordió y arrastró hasta deformarlo.¿Qué tiene de importante? se preguntará, bueno que aquel hecho hizo que ella tirara todo el whisky añejado que él tenía y desde entonces están en una batalla campal que nos tiene a todos en suspenso.

Bueno me despido hasta mi próximo informe, quiero decir carta.

Su Balzac.

PD: Ya se me olvidaba, quería pedirle un favor, ¿podría poner sólo mis iniciales en las cartas? Ya sabe como corren los rumores y no quisiera que hubiese ningún malentendido. Gracias.

Luego de agregar la posdata, volvió a sentirse culpable. Pero si iba a hacer algo malo en su vida, estaba más que dispuesta a que fuera escribir esas cartas, después de todo había cosas peores.

Aquella misma tarde, fue a ver a Billie y le entregó la carta. A partir de ese momento Josephine comprendió que su tiempo estaba marcado por la espera, dejó pasar tres semanas , pero a partir de la cuarta, día tras día, esperaba ver aparecer a su joven amigo con la respuesta de Knigth.

Cuando su ansiedad llegó a un punto límite, se dijo a sí misma que se estaba comportando como una tonta y se obligó a comportarse con sensatez.

Así que cuando después de un paseo regresó a casa y su hermana le dijo que Billie había traído algo para ella le fue difícil disimular su entusiasmo.

Como su madre tenía algunas invitadas , tomó la carta y se fue al jardín a leerla.

Señorita C.G

Condado de Dorsetshire, Inglaterra.

25 de Junio de 1854

Querida Balzac:

Primero, ¿puedo tutearte?Espero que hayas dicho que sí, porque voy a hacerlo de todos modos. Lo segundo es preguntarte si te molesta que te llame así, de ese modo firmaste tu última carta y me gustó. Y aunque me avergüence mucho reconocerlo, apenas recuerdo tus facciones , ya que nos hemos encontrado un par de veces casualmente, por ello me cuesta asociar tus palabras a una imagen. En cambio , esta pequeña Balzac que me escribe , es mi amiga, y eso es todo lo que necesito.

Debo decir que lograste tu cometido, una vez más leí tus líneas con una sonrisa y como siga así, me temo que alguno de mis compañeros me robará las cartas para averiguar que es lo que me causa ese efecto. Ya que he descartado cualquier interés romántico, están totalmente intrigados. Pero por ahora tus cartas son mías, sólo mías y me gusta que sea así.

Ahora dime, ¿cómo sigue la guerra entre los Flint? ¿Debemos mandar a alguna tropa a intervenir?

Ah y por supuesto que escucharé tus pesares , del modo que tú escuchas los míos. Así que si sufres con los preparativos para un baile, puedes confiar plenamente en mí. Lo soportaré estoicamente, y pido que seas valiente en tu próximo encuentro con las Alistair.¿Has pensado alguna vez que podría ser peor? Podrían ser tres hermanas en lugar de dos, y ahí estarías perdida.

Bueno no hay mucho más que tenga para contarte, no hoy. Tengo el ánimo ligero, con el espíritu aún colmado con historias de Dorset. No quiero pensar en nada que me cambie el humor.

Leonard.

Josephine sonrió al leer la carta. Aquel hombre tenía un sentido del humor semejante al de ella, no había muchas personas con las que pudiera ser tan sincera y abierta. Era extraño, estaba mintiendo sobre su identidad pero al mismo tiempo estaba siendo más honesta que nunca. Tal vez aquel era el poder de las máscaras ,tal como había leído, era como si al ocultarse tras un disfraz las personas se sintieran más libres. Y agradecía enormemente que él hubiera dejado de llamarla Chloe, por un segundo se preguntó si sospecharía la verdad. Pero luego descartó el pensamiento, aunque si le daba la impresión de que era un hombre muy intuitivo, había algo que le decía que la Chloe Greybooks que conocía era diferente a la Balzac que le escribía y Josephine se sintió muy feliz por eso.

Solo a la noche , cuando las visitas se marcharon y la casa recobró su habitual quietud, pudo escribir su respuesta.

Las cartas  - Saga Dorsetshire 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora