Capítulo 2

2.5K 370 40
                                    


Al día siguiente, temprano en la mañana, Josephine se ofreció a enviar la correspondencia de su padre, entre las cartas incluyó la suya y las envió todas juntas. Así no habría ningún problema, en el camino de regreso no pudo evitar observar en detalle todo lo que la rodeaba como si quisiera apropiarse de ello para luego describírselo al Capitán Knigth. Entonces se recordó a sí misma, que había sido una única vez, que no iba a repetirse. Era improbable que él respondiera.

¿Y si él contestaba? Sólo entonces, Josephine pensó en algo que había pasado por alto, le había respondido como si fuera Chloe Greybooks, si él respondía sería a nombre de la chica, ¿qué sucedería entonces?

Lo malo de mentir una vez, era que implicaba que uno debía crear otras mentiras para seguir haciéndolo, Josephine recordó que tenía un posible aliado que podría ayudarla. Billie Withford era un jovencito que ayudaba al viejo Angus con la correspondencia. Ella le había conseguido trabajo allí, casi un año atrás.

Billie provenía de una familia muy pobre, tenía sólo a su madre y varios hermanitos menores, y en un momento de desesperación había robado unos panes de una tienda. Afortunadamente Josephine había estado allí y había salido en defensa del muchacho, había tranquilizado a los damnificados y le había comprado alimento. Luego había convencido al viejo Angus para que lo contratara, en realidad era un jovencito excepcional y sólo había necesitado una oportunidad.

Josephine había regresado a la oficina de correo a pedirle ayuda, pero al llegar hasta allí se arrepintió. Ella lo había rescatado y ahora estaba por pedirle que fuera su cómplice en algo que bien podía considerarse un crimen, o por lo menos algo poco legal. De ninguna forma iba a involucrar a un niño en aquello, su aventura acabaría allí.

-Señorita Lawrence-la llamaron y al darse vuelta vio al Billie detrás de ella. Había crecido varios centímetros, parecía mayor que sus trece años, también estaba menos delgado y su sonrisa era , definitivamente , más alegre.

-Billie- lo saludó ella.

- ¿Necesitaba algo?

-No, nada...

-¡Señorita Josephine!- la llamó él.

-Dime.

-Si necesita algo, sabe que puede hablar conmigo, ¿verdad?

-Yo...-dudó avergonzada.

-Hace un rato que está parada aquí, como si no supiera que hacer.

-Eres muy observador, ¿lo sabías? Y muy inteligente, ¿cómo van tus estudios?

- ¡Señorita Josephine!- la regañó él.

-No es nada, no te preocupes,ya lo solucionaré.

-¿Tiene algo que ver con las cartas que dejó esta mañana? Entre ellas había una de Chloe Greybooks, pero ella no tiene esa letra, más bien se parece a la suya.

-¡Oh! – exclamó ella sorprendida por la sagacidad del niño.

-Cuénteme, y déjeme que yo decida si puedo ayudarla.

- Definitivamente no, no es algo en lo que puedas meterte- le dijo ella.

-Tengo orgullo también y si tengo la oportunidad de devolverle su ayuda, quiero hacerlo.

-No lo hice por eso.

-Lo sé, por eso lo digo. No me sentiría en deuda si usted lo hubiera hecho buscando una recompensa.

-No pienso involucrarte en nada malo , Billie.

-Señorita Josephine, es imposible que usted haga algo malo.- le dijo él sonriendo y ella se sintió agobiada por aquella confianza juvenil.

Las cartas  - Saga Dorsetshire 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora