04| Jung Hoseok

6.6K 232 27
                                    

・❀・

Me encontraba en el camerino compartido que teníamos todas, mi presentación era la última por lo que me tomaba mi tiempo para arreglarme. Nada extravagante, ese no era mi estilo, yo era una bailarina que le gustaba lo sutil. Y eso era lo que me caracterizaba y lo que me había ayudado a tener el prestigio y popularidad entre los clientes.

—Dae, sigues tu. —Anunció el encargado. Uno de tantos que había en aquel lugar.—

Poco a poco, el vestidor comenzó a vaciarse, pues después de cada baile, era seguro que alguno de los clientes haya pedido una baile privado. Tan solo en aquella habitación quedábamos 4 chicas, de las cuales 2 solo eran meseras pero necesitaban estar más que presentables.

—¿De nuevo el labial coral?. Ya cambia mamacita, a los hombres les aburrirás con lo mismo puesto y no tardarán en venir a mi. —Y ahí estaba de nuevo, Lisa, la segunda bailarina con prestigio en el lugar.—

Ella era una chica bonita, debo admitirlo, tiene bonitas piernas y eso le ha ayudado bastante con los hombres. Pero era una bruja de primera, no había momento en el que no criticara algo que yo use o algo que haga. Para ella todo debía ser perfecto, pero a mi no me importaba lo que ella opinara.

—Deberías de fijarte mejor en ti y trabajar más en tu fuerza con el tubo, te estás quedando corta a lado de Min. —Min era una chica nueva, que aún era tímida al momento de hacer bailes frente a miles de hombres—Pero me alegra que quieras tener mis sobras, así no desperdicias nada.

—Lisa, tu turno. —Anunciaron desde la puerta—

—A complacer mis sobras. mamacita. —Imité su tono de voz a la vez que movía mi mano alejándola.—

Se quedó callada, solo dejó salir un bufido y caminó para continuar con su presentación. Ahora si yo había quedado sola en el camerino, algo que le fue de maravilla a alguien que entraba por la misma puerta de la que salió Lisa.

—___, cada vez te ves más hermosa. —Chanyeol, el hijo del dueño de este lugar. Un adolescente hormonal que solo pensaba con la cabeza del pene.—

—Chan, muchas gracias. —Contesté simple—

—¿Hoy si me podrías hacer un baile privado, guapa? —Hizo la misma pregunta de todas las noches. No dejaba de pedirme lo mismo, pero yo seguía sin ceder.—

Me habían contado el como era en la cama, que era muy bueno y que me podría dar un buen polvo. Una vez me atreví a tocarlo, sentir aquello que muchas decían que era grande, pero sinceramente, me decepcionó.

—Ya sabes la respuesta, guapo. —Le di palmaditas en la mejilla, alejándome un par de pasos para poder caminar hasta la puerta donde estaba a punto de llegar el encargado de llamarnos. —

Me quedé a la espera del último recorrido por la tarima de Lisa, donde dejaba que le metieran aquellos billetes por sus prendas. Una vez bajó del escenario, comenzaron con mi llamado.

—Ha llegado el momento que todos hemos estado esperando, la estrella de cada una de nuestras noches. La mujer que muchos deseamos, pero pocos han logrado tenerla. Por favor, reciban con un fuerte aplauso a nuestra última bailarina: ¡____!

Una vez el presentador terminó, los aplausos y silbidos comenzaron a hacerse escuchar por el lugar. Subí lo pocos escalones que habían, dejando caer en el camino mi bata, aquella que cubría el bonito conjunto negro.

Pasé mi lengua por mis labios una vez estuve al centro del escenario, antes de comenzar a caminar hasta el tubo que estaba a la mitad del lugar, con un barandal rodeándolo. Eché un vistazo a los comensales de esa noche, quizá alguno si me llamaba la atención como para querer hacerle el privado especial.

Bangtan loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora