Bangtan love

02| Kim Seokjin

6:30 de la mañana. Hoy era el gran día, estaba demasiado nervioso para ser yo. Normalmente todo es tan común en mí que los nervios casi nunca se hacen presentes.

Pero hoy... agh, estaba muriendondo de nervios; las manos me sudaban, sentía la garganta seca y mi labio inferior tiriteaba.

____ había aceptado ser mi novia hace 7 años aproximadamente. La sonrisa que tenía cuando aceptó, me duró por un mes completo. Ella era la chica que tanto necesitaba en mi vida.

Hoy era nuestro aniversario número 7, pero también es el día en el que le pediré matrimonio.

Llevo planeando este día por meses, he consultado varias fuentes fidedignas que me han sido de mucha ayuda; he hablado con sus padres y sus hermanos, ¡Claro! Sin olvidarme de sus abuelos.

Hablé con sus mejores amigas y les he pedido algunos consejos para la pedida de mano. Ser su novio me ha costado, tanto dentro como fuera de la relación.

____ es una chica hermosa, su cuerpo es lo que más ha hipnotizado. Y la manera en que lo hace cuando ella está arriba, me deja sin aliento. Cosa que sólo yo tendré a partir de ahora.

Quizá mi idea de la pedida de mano no sea tan romántica, pero ____ es así: no le gusta lo extravagante, lo llamativo y mucho menos lo común.

Sus amigas me daban ideas al aire, ni ellas podían darme una buena idea para la pedida de mano. Que si en un restaurante, que en un viaje a París, que en la playa. Dios, todas eran ideas tan básicas que me dejaban igual que al inicio.

Así que decidí no investigar más con nadie. Con las pocas ideas que me han dado, decidí tomar alguna y modificarla.

Es por eso, que ahora estoy en el auto con mi novia, que pronto quiero llamar "futura esposa". Íbamos camino a la playa, tomados de la mano mientras manejaba y sólo soltándola cuando hacia algún cambio.

Había hecho una reservación de una cabaña cerca del mar, pero a la vez no tan transitada. Le había dicho que eran mis vacaciones del trabajo y que quería pasarlo con ella. Cosa que era mentira, pero igual quería estar con ella.

[...]

Al llegar a la recepción del lugar, ____ se había desaparecido. Recorría el lugar con una enorme admiración en sus ojos.

-¡Amor esto es fantástico! -chilló desde el gran ventanal del lugar- ¡Hay una alberca enorme! -corrió hasta mi, enrollando sus brazos a mi cintura.-

-Aquí están sus llaves, joven. -habló una chica extendiendo las llaves de nuestra cabaña- Que disfruten su estancia.

____ y yo hicimos una reverencia en agradecimiento, salimos de aquella recepción y nos dirigimos a nuestra cabaña.

Era un hotel, que en lugar de tener habitaciones en un edificio, eran cabañas esparcidas por la playa. Dando privacidad a las personas y un mejor ambiente hogareño.

Al abrir la puerta, de inmediato visualicé la amplia cama y el gran ventanal con dirección al mar. Era mucho mejor que en las fotos.

-Amor ¿De verdad nos quedaremos aquí? -giró su cuerpo hasta el mío, dejando de ver el mar y ahora mirándome a mi.-

-Ya lo pagué, así que si, aquí nos quedaremos por un tiempo. -bajé las maletas y me dirigí hasta ella para abrazarla.- Ahora quiero que te pongas uno de esos bikinis que tanto me gustan.

Me encantaba cuando se ponía bikinis tan provocativos, sólo para mi. Claro, dándole una probada a otros idiotas, pero dejándome todo a mi.

-¿Estás seguro?, recién compré uno. -dos de sus dedos simularon caminar por todo mi brazo, hasta llegar a mi hombro- Me gustaría que vieras como me queda.