El amor de aquel que no sabia amar

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¡Estas distraído! ¿Sabes cuánto tiempo he intentado que me prestes atención? -Supiera que mi atención siempre está centrada en él. Que invade mis pensamientos cada momento y que logra tantas cosas solo con el roce de su piel. - ¿Seguro que estas bien? Me estas preocupando...

¿Tu? ¿Preocupado por mí? Eso no me lo creo. -Mis pensamientos siempre estaban llenos de miles de sensaciones, pero me era imposible articular aquellos pensamientos, llevarlos al "dialogo". ¿Cómo sería correcto decirle a él que me siento ahogado? Que en mis pensamientos solo habita él. Que inunda todo mi ser. Que lo necesito al despertar, que lo añoro al dormir, que desearía estar con el... Volví en mi cuando una lata toco mi mejilla, enfriándola, trayéndome, nuevamente, a la realidad, la maldita realidad. - ¿Qué era lo que balbuceabas? -Tome la lata, abriéndola y bebiendo su contenido, intentando olvidar todos esos pensamientos que me abrumaban a cada segundo.

Dios. Te pregunté porque estabas así y mencionaste a tu novia, supuse que ibas a decir algo más, pero de un momento a otro te quedaste callado. ¡Asustas! -Se sentó cerca mío, tomando una lata de su bebida favorita, mientras me miraba atento, esperando mi respuesta.

No es importante. Ella tiene la absurda idea de que tengamos un hijo. Le dije que no y se fue. Eso es todo. -Me recosté en el sillón donde estaba, dejando aquella lata fría en mi cien, cerrando mis ojos un momento. -

¡¿EH?! ¡¿Como puedes decir que no es importante?! -Se levanto de repente, acercándose nuevamente a mí, trayendo con él una mirada de regaño.

No lo es, Seven. No tendré un hijo con ella, aun si ella decide dejarme, no voy a embarazarla. -Hable calmado y decidido. No sabía con certeza si pensaría así el resto de mi vida, o si quizá llegaría a arrepentirme más adelante, pero lo que si sabía es que no traería al mundo un niño sin amor.

¿Por qué? Suenas muy decidido. ¿No deseas tener hijos nunca? -Seven me miraba serio. De esas pocas veces en las que su semblante cambiaba, poniendo aquel rostro suave pero intranquilo, esperando el saber a fondo el porqué de mi afirmación.

No lo sé con certeza, pero lo que si se es que no deseo tener hijos con Aura. Un niño no deseado por sus padres, solo viene al mundo a sufrir. No participare en algo como eso. -El rostro de Seven me miraba atento, quizá intentando descifrar mi semblante. ¿Quizá me veía serio? El por su parte sí. Su rostro nuevamente se tornaba serio. Sus ojos me miraban tan fijos que sentía que leía cada pensamiento. ¿Acaso podría leer aquellos pensamientos prohibidos que tenía con él? No sabía si estar asustado por ello, o agradecido con aquella ilógica idea. -

¿Y tú, Seven? ¿Tú quieres tener hijos? - Y en mi mente una duda surgía al haber articulado aquella pregunta, ¿Le preguntaba a él, o me lo preguntaba a mi...?

Aquel que no pidió nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora