Aquel que no pidió nacer

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"Un puñal puede atravesar tu carne, cortar tu piel y hacerte sangrar, pero no siempre va a matarte, y ese es el problema."

El agua fría de la ducha se llevaba consigo toda la inmundicia que en mi habitaba, incluso la mental, en donde las mismas ideas revoloteaban, inmersas en mí, impidiendo algún escape, impidiendo el seguir.

Los traumas de una vida tormentosa perduraran a lo largo de la vida de cualquier ser humano, pero es decisión de aquel ser humano ver si aquello le impedirá vivir, o, por el contrario, va a impulsarlo a continuar. Y esa es la interrogante en este caso, Vander, ¿Qué es lo que decides hacer con tu vida?

Las calles infestadas de gente cansada de vivir era algo habitual. Gente que marchaba casi de manera inconsciente por calles abarrotadas, cual ganado, siguiendo las líneas existentes solo en sus cabezas, cual rebaño llegando al corral. Ojos cansados, miradas perdidas, vidas inexistentes. Felicidad falsa alrededor, por donde mirase, encontrando hipocresía, demencia, locura por donde sea que mis ojos viajasen.

Ni un alma alrededor resaltaba en medio de aquella masa de gente, mimetizándose unos con otros, perdiendo cada uno sus cualidades, formando todos unidos, un único despojo de carne moviéndose al compás de una melodía inaudible, pasando de ser sujetos únicos, a un mar de sangre coagulada en el acto, deformándose unos con otros, uniéndose en el medio de una calle bañada de sangre, donde lo único visible eran las entrañas mezcladas de todo aquel que por allí vi caminar, siendo ahora un depósito de carne putrefacta.

Con cada paso mis pies se llenaban de su hedor putrefacto, mezclándose bajo la suela no solo sus carnes, sino también la esencia de lo que aquellos fueron. Unos ojos muertos intactos me miraban a la cara, pegados a unas cuencas solitarias, donde su recipiente craneal esparcido se había reventado, quedando aquellos ojos color miel intactos, mirando casi de manera tranquila a quien los había despojado de vida. Pestañas largas, forma de mariposa, ¿Por qué aquellos ojos me resultaban tan familiares?

¡Hey! ¡Vanderwood! ¿Me estas prestando atención? -Una voz resonó en mi cabeza, sacándome de un letargo extraño y eterno, haciéndome vacilar entre lo real y lo que no. - 

Aquel que no pidió nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora