ꨄ︎) 𝗗𝗘𝗠𝗢𝗡
❛𝑪𝒓𝒖𝒆𝒍𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒅𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐𝒔 𝒐́ 𝒃𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒂́𝒏𝒈𝒆𝒍𝒆𝒔❜
(𝚓𝚎𝚘𝚗 𝚠𝚘𝚗𝚠𝚘𝚘)
「 Él complejo vínculo entre las hermanas Jeon se desvanecía al expresarse de forma distinta conforme si...
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Luego de insistentes golpes en la cruda madera y gritos desesperantes, los ojos color melaza abren paso a la realidad a su portadora levantándola de la cama con un brinco.
—Aisa... Es tu hermana, ve a verla por favor, está muy mal.
Los titubeos de una mujer cercana a las hermanas despiertan aún más a la chica llevándola con prisa hacia aquel relajo proveniente de la calle.
Divisa apenas puesto un pie fuera la pelea entre su hermana y novio teniendo expectantes a personas que van de paso y otras que disfrutan del espectáculo.
—¡Te dije que me sueltes!
—¡Te lo juro, no haré más esto, pero no me dejes!
—Quedamos en algo pero no cambias.
—No me dejes, no te puedes ir —lloriquea la pelinegra. Las manos de la chica se aferran a la ropa del hombre impidiendo su ida, entre llantos suplica y con ira tira de él hacia su cuerpo.
—Kamin, ya basta... —pide interviniendo la mayor procurando permanecer pacífica mientras toma por los hombros a su hermana, ayudándola a alejarse y poder tranquilizar sus sentidos perdidos.
—Ayúdame hermana, ayúdame a que no se vaya y me deje. Te lo pido, has que se quede a mi lado.
—Esta bien, pero entra a la casa. —Mirando esos ojos lastimados morados murmura al mismo tiempo que acaricia la mejilla herida logrando que la menor en pocos segundos acate la condición y camine sumergida en llanto hacia la casa.
—Yo no quería hacerle daño, puedo entrar y arreglar las cosas para no dañarla más... —musita el chico empezando la misma escena de arrepentimiento pretendiendo seguir los pasos que dió su ‘novia’ hacia su hogar.
—Vete de aquí. —Exige la pelirroja cortándole el paso.
—Pero ella dijo que...
—Los dos sabemos que estará mejor si tú no te encuentras cerca. Vete ya.
Sin esperar respuesta y sin prestar atención a las miradas atentas de los vecinos, regresa con su hermana encontrándola devastada sobre el sofá. «¿Por qué se aferra tanto a algo que sólo la lastima?». Se pregunta con la mirada puesta en los moretones de su pequeña hermana.
—No pude convencerlo —miente asegurando el seguro en la puerta y permaneciendo ahí por si a la contraria se le ocurre intentar salir. Es capaz de hacerlo e ir corriendo por las calles en busca de ese patán pero no permitirá verla humillarse más por un sentimiento fuerte y confuso en ella.
—Entonces no me ayudaste, él se fue y no va a regresar. Por tu culpa me va a dejar. —Reprocha envuelta en lágrimas, dejando a la mayor con ganas de acompañarla en el llanto.
