c a p í t u l o 0 4

170 23 5
                                    

•—————♡—————•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•—————♡—————•

Con la sangre hirviendo y garganta ardiendo mientras se oprime, la pelirroja estuvo dando vueltas sin dirección por las cuadras cercanas a su casa, llegaría a casa sólo si el dolor de cabeza se le pasa, su madre decía que para resolver los problemas se debe tener la cabeza fría, evidentemente su hija no contaba que pasarían situaciones que al darse a la tarea de resolver, podía explotar su cabeza, y la de cualquiera. Le cabreaba escuchar a la gente opinar sin conocer y luego quejarse por la reacción que uno tenga.
Las cosas se estaban dando mal, jodidamente mal.

Después de un tiempo los pies de Aisa le imploraban descansar cuando el hormigueo en la planta comenzaba a expandirse y picar conforme el tiempo pasaba, el cansancio se presentaba y no tuvo más remedio que volver a casa con un dolor extra, además del nudo más enredado en la cabeza a comparación de esa mañana.

Estando unos metros de distancia entre la chica y su casa, sus pulsos presionaron con fuerza su pecho y el sudor escurrió por detrás de su cuello al ver esa motocicleta estacionada frente a la puerta, como si su propósito en la vida fuera cubrirle el paso. Lo que hacía evidente que adentro era muy probable que el asunto estuviera ardiendo en llamas. Eran altas las expectativas, fue una estúpida al saber que esto era predecible pero no quiso tomar precauciones al ignorar esas corazonadas indecisas y cansadas. Creyó que Suho no aparecería hasta días después al ser esa su rutina de ruptura y reconciliación, pero está vez él estaba ahí, sin haber pasado ni la mitad del día. Seguramente Suho debió suponer que Aisa pensaba de esa manera. Su estrategia fue buena.

—Yo te amo a ti, sabes que haría lo que fuera por ti, por nosotros. Quédate. —Suplica la más pequeña de las hermanas con el rostro bañado en lágrimas.

—Tú no me amas Kamin. Tu familia no nos deja ser felices, estoy harta de tener a Aisa detrás de nosotros y ver que no haces nada para evitarlo. Si me amaras harías que yo viva aquí contigo porque sabes que no tengo a dónde ir. —La queja (pretexto) sale con indignación fingida poniendo a Suho como el peor de los canallas.

—Yo... haré las cosas mejor, te lo juro.

—Ya no te creo pero, lo haré si sacas a Aisa de la casa, ella tiene un empleo fijo y no tendrá problema, además tu papá no está aquí muy seguido, entonces quedaremos sólo tú y yo, sin nadie que nos haga infelices.

Pese a lo dicho, fue en ese instante cuando la pelirroja sonrió gloriosa adentrándose aún más a la casa de su padre, se sentía tranquila de no arrepentirse al tratarlo como lo hacía y como ha hecho todo ese tiempo. Se lo merecía, ahora más que nunca lo sabía.
Planeaba quedarse con esa casa dejando afuera a la única familia que Kamin tiene y conociéndola, lo tenía fácil, por fortuna y desgracia para el bribón la mayor no pensaba ni actuaba de la misma manera. Con él no.

—No es fácil, sigamos así, ella después de todo seguirá siendo mi hermana. Recuerda que yo te he perdonado los errores que has cometido, me has engañado muchas veces y lo deje pasar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 10, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 |SVT| ; Jeon WonwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora