💧Vierzehn💧

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–Madre, no quiero casarme

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–Madre, no quiero casarme.

La mujer la miró extrañada.
Incluso revisó si tenía fiebre, y sus ojos preocupándos se alinearon con los de ella antes de caer en la cuenta de que su hija tenía toda la razón.

–Creí que ese chiquito de París te gustaba. Pero supongo que con todo esto no estás en condiciones de casarte con él.

–Madre... Estoy segura de que el chico con el que supuestamente me caso no era más que una excusa para olvidar a otro.
Al que realmente quería.

La mujer la miró por el rabillo del ojo, se sirvió más té y vertió un poco de leche antes de llevarse una pasta a la boca.

–¿Y qué fue del chico que querías, (T/n)?

(T/n) no sabía cómo contestar.
Simplemente ni siquiera quería hablar con su madre ahora del tema, y recordar a Giyuu constantemente.
Solo quería pedirle a su madre que le ayudase a cancelar los preparativos.

La mujer la miró y suspiró.

–Vete a tu cuarto a deshacer la maleta mientras yo hago algunos trámites. Veremos cuánto dinero podemos recuperar.

Miró a su madre con ternura y colocó una mano en su hombro.

–Lo siento, madre.

–No te disculpes, reina. Es lo más normal. Y si bien dices que tienes la sensación de que no le querías tanto... En ese caso con más razón todavía no deberías casarte. Con memoria o sin ella.

(T/n) sonrió y se alejó ligeramente de la mujer.
Con memoria o sin ella...
Con memoria o sin ella...
Una pregunta golpeó la cabeza de la joven tan fuerte como lo hizo en el rostro de su madre una vez se la formuló:

–¿Por qué no me hablaste de padre?

Si el salón no hubiera estado perfectamente iluminado por la luz del sol de las dos de la tarde; (T/n) no se habría dado cuenta de que su madre había palidecido.
La mujer se había quedado petrificada.
Tanto era así, que la pequeña galleta de canela y mantequilla hundida hasta la mitad en la leche aromatizada del té, calló rota y húmeda dentro de la taza y comenzaba a deshacerse al empaparse tanto tiempo.

Las salpicaduras de la leche rosada fue el estímulo que la mujer necesitó para arrancar a hablar.

–¿Recuerdas lo que ocurrió?

–No muy bien. Sé que padre murió.

–¿Recuerdas qué ocurrió después?

Wet Skin 💧 Giyuu TomiokaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora