Conjunto de historias cortas y sencillas de leer. Contiene altas dosis de Yaoi e imágenes zuculentas (en medida de lo que nos permiten las normas de Wattpad)
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Garret había sido rodeado por bandidos, trúhanes que se dedican a saquear a todo viajero que llegara al territorio custodiado, no parecían muy fuertes, al menos no tanto como Garret, pero eran muchos, seis en total, y portaban armas afiladas, Garret usaba su cuerpo como catalizador mágico, pero al fin y al cabo, era un simple cuerpo furry sin mayor armadura que su pelaje, aunque no necesitaba más.
-Si queréis conservar la vida, más os vale abandonar- Garret se hacía oír el lobo desbordaba confianza, sabía no solo que saldría vivo de esa situación, si no también saldría ileso. -No nos hagas, reír, dadnos el dinero, o el dinero y la vida- Se carcajeaba el que parecía el cabecilla de ese grupo- ¡Eh! Tomas, mira que preciosidad tiene ahí.
Garret se reprendió mentalmente, habían visto la amatista de Tethys, una joya valiosísima y muy poderosa que el mismo se comprometió en transportar, no tenía miedo por perderla, pero sabía que tendrían que "olvidar" que la llevaba, o morir.
-Las joyas que veis pertenecen a un Dios- Dice apuntándose a si mismo, dando a entender a esos rufianes que el mismo es un Dios. -Ahora que conocéis su existencia no permitiré que salgáis con vida.
Si bien era cierto que a Garret no le desagrada matar, prefería no hacerlo, no por bondad, por no querer llevar una carga imaginaria, o por simple piedad, simplemente el prefiere no luchar a muerte por sencillez. -Dylan, te ordeno que te retires.-
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-Sí mi señor- Contestaba el muchacho que lo acompañaba, Dylan fue rescatado por Garret, de la pobreza y la hambruna, con la condición de que fuera su lacayo fiel, el muchacho aceptó de buen grado.- ¿A donde te crees que vas?.
-¿Os preocupa un simple niño mortal?- Preguntó Garret a los bandidos que volvieron sus vistas en el lobo- Su vida me importa más que la vuestra, por ello tiene permitido retirarse- Dylan se había alejado lo suficiente como para perderse de vista.
Garret no esperó más y se adelantó para atacar a muerte a los bandidos, los cuales estaban preparados para responder, a pesar de que golpeó a uno, hiriéndolo dos espadas le atravesaron el pecho, una, en el corazón. El lobo gritó de dolor.
-¡Je! Parece que no eres tan duro- Le dice uno de los bandidos golpeando su cuerpo, pero el lobo sonrió - ¿De que mierda va este? ¿Por que no está muerto?-
Las espadas que lo atravesaban salieron disparadas del cuerpo de Garret, tanto que sus portadores no pudieron evitar que se les escapara de sus manos y cayeran a varios metros de distancia, las heridas del lobo se regeneraron de inmediato, y la sangre volvió al cuerpo de Garret, tras eso, parecía que el lobo no había sido herido en absoluto.
-¿Que es eso?- Los bandidos asustados retrocedieron, apuntaban sus espadas con miedo al lobo- Esto, es el poder de un Dios, y esta, es su ira.- Garret empezó a acumular poder y recitar su encantamiento- Bajo mi comando ordeno a la tierra que pisamos, créame un coliseo, no dejes que nadie escape de este conflicto.
El conjuro había funcionado, aunque el terreno parecía no haber cambiado, sí que había una cúpula mágica invisible que no permitía a nadie entrar ni salir, para eliminar ese encantamiento había dos maneras, o el conjurador lo eliminaba por su cuenta, o el conjurador moría. Garret no perdió más el tiempo, todos debían morir.
Golpeó con sus piernas a uno de ellos, lanzándolo por los aires, se hizo presente la magia de la cúpula que los rodeabas cuando este chocó contra un muro invisible. A pesar de que los bandidos le atravesaban con sus espadas, el Lobo se regeneraba rápidamente, hasta el punto en el que no le importaba que lucharan.
Garret usaba magia para potenciar sus ataques, por lo que sus golpes eran tan letales como un arma afilada, pero ese conflicto era muy injusto para los bandidos, ya que sus ataques aunque surtían efecto, eran anulados a los segundos. El lobo no tardó más de diez minutos en dejar seis cadáveres a su alrededor.
-Bajo mi comando ordeno que se retiren mis encantamientos- Formuló el lobo. Y las barreras se eliminaban, Dylan se aproximaba corriendo, feliz por el desenlace.
-Mi señor, ¿lo he hecho bien?- Le preguntó y Garret acarició sus cabellos -Lo has hecho muy bien Dylan- Esa mano bajó al hombro y de este a la espalda del muchacho, Garret necesitaba respirar, no era el momento- Vámonos, deberíamos conseguir una cama antes del anochecer.