Conjunto de historias cortas y sencillas de leer. Contiene altas dosis de Yaoi e imágenes zuculentas (en medida de lo que nos permiten las normas de Wattpad)
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-Ya está todo limpio y en orden- El gato sonríe mientras termina de limpiar los últimos restos de polvo de la gran sala, los cómodos sillones, las mesas con su lujoso mantel, la cómoda, la joyería, los candelabros la lampara de cristal, las cortinas, el ventanal.
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El es Incineroar, está contratado para servir y proteger a su señor, lleva más de tres años al servicio de su señor, conocido por ser la estrella de Galámidas, un ser nacido bajo su afluencia cuya vida sirve como receptáculo para que el Dios realice su voluntad a su alrededor, entres sus tareas se encuentran, lavar, limpiar, cocinar, ordenar, cuidar, y también defender la mansión de invasores y ladrones.
Y no son pocos los que quieren las riquezas del que allí se guardaban, puesto que esa mansión era la vivienda del Dios en su etapa de mortal, empleados que querían más riquezas que sus propios beneficios, ladrones que se colaban por la noche a hurtadillas, mercenarios contratados para robar las valiosísimas reliquias mágicas que allí se guardaban. A todos los había expulsado Incineroar a garrotazos, el gato rojo era un tipo muy amable y tal vez incluso crédulo, pero también es un ser con una fuerza sin igual.
Los peores no eran los simples ladrones, si no aquellos que atentaban contra la vida de su señor, contra ellos Incineroar no tenía el más mínimo ápice de misericordia, suelen ser veneradores de otros dioses, o disidentes que no quieren Dioses que los gobiernen.
Además, sus tareas no se resumen únicamente en el día a día de la mansión, también viaja junto a su señor cuando este tiene asuntos importantes de los que dedicarse, solían ser viajes peligrosos.
Incineroar siempre ha sido un noble servidor y totalmente leal a su señor. -Bien, ahora toca hacer la cena- Se dice a si mismo mientras abandona la sala principal, pues con ello la mansión vuelve a estar limpia y reluciente.
El gato se dirigió a la enorme cocina para seguir con sus labores, para esa noche serviría carne de Jalató, sopa, patatas a la carbonara, remolacha en salsa, Flan, Pan de centeno, Pizza, chuleta, arroz a la mordican...
Incineroar siempre hace mucha comida, así es como le agrada a su señor, aunque por supuesto las sobras son bastantes, así pues luego es el mismo gato pelirrojo quien dona las sobras a los más hambrientos por su propia elección.
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Un carro llegaba a la mansión mientras, era el invitado del Duque el consejero Wook Valencia, tiempo ha, fue un hombre de fortuna, dedicado a recaudar dinero de los mas caritativos hombres y mujeres que tuvieran peticiones sin importar un poco la moral de estas. En esos momentos estaba obligado a servir a la Iglesia por un contrato de sangre, aunque eso tenía aspectos positivos.
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Junto a el viajaba , Jiyū, no era más que un acolito de menor rango, puesto que apenas estaba empezando, pero Wook quedó prendado del muchacho a primera vista, y exigió que fuera asignado como su propio ayudante.
Wook era malhumorado, arrogante, antisocial, pero con Jiyū era distinto amable, amoroso, cariñoso, y quería tenerlo a su lado, esperaba que algún día, el acolito sintiera lo mismo por el, que el siente por el acolito.
-Llegamos- El lagarto le dije a su compañero mientras se apea del carruaje para ayudar al muchacho a bajar, tenían una tarea muy importante por delante.
