→Unread letters ෴ ♡ [ KTH ] Completa.

↷❝ Segunda parte. ❞↶

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La hermosa chica de cabellos negros guardó las cartas en el cajón del tocador, secó sus húmedos ojos mirando por la venta de su habitación. Ya había anochecido, el sol terminó por ocultarse y no pudo ver el bello atardecer, aquel atardecer que siempre lograba cautivar su desdichado corazón.

Bajó por las escaleras hacia el primer piso para preparar la cena, pero de pronto, en medio de su acto, tocaron la puerta con desesperación. Tanto era el desespero, que parecía que en cualquier momento tumbarían la puerta.

— Ya voy — intentó alzar su voz con temor, en medio del bullicio.

"¿Quién golpea la puerta con tanta angustia? " pensó mientras se acercaba a esta, observando por el agujero a un alto hombre vestido de negro.

— ¡Ha-mi! ¡Ha-mi! — llamaba detrás de la puerta una voz ronca.

La pelinegra se quedó sin palabras, no sabía cómo reaccionar, sus piernas y manos temblaban sin poder hacer nada, solo se quedó quieta frente a la puerta, mientras el chico no descansaba de llamar y golpear, esperando por una respuesta.

— ¡Soy yo, Taehyung! — paró de golpear volviendo al silencio.

Esas palabras solo llegaron a alterar aún más a la asustada chica.

— Dime que eres tú, dime que esto no es un sueño — suplicó el chico con un nudo en su garganta.

El de cabellos ondulados estaba al borde del llanto, las lágrimas de sus húmedos ojos ya no podían contenerse más, era cuestión de segundos para que se rompiera por dentro.

— Siento, que ya no puedo vivir sin ti — susurró casi sin aliento.

— Vete — sollozó.— Si no te vas. ¡Llamaré a la policía! — alzó su voz con lágrimas rodando por sus mejillas.

Los vecinos se alertaron mirando desde adentro de sus casas, pensaban que finalmente el chico había perdido la cabeza.

— Lo siento mucho, por favor no llames a la policía, me iré — dijo secándose las lágrimas que no paraban de salir de sus ojos marrones.

Y tal como lo había dicho, se marchó.

➳30 de Diciembre.❄

Nuevamente, salió la esfera luminosa preferida de la hermosa chica de cabellos negros. Pero esta vez los rayos de sol no alcanzaron a despertarla, debido a que el cielo estaba cubierto de nubes, ocultando el brillante sol que esperaba salir.

La cansada chica se levantó tras un largo sueño, bostezaba mientras observaba por la ventana el nublado cielo, y la gran cantidad de nieve que caía de este. Se vistió llevando ropa muy abrigada, estaba dispuesta a salir afuera aunque nevara un montón, así que salió de la casa después de comer una rebanada de pan con mermelada.

— Muy buenos días, mi querido muñeco de nieve — saludó arreglando el exceso de nieve que tenía este.— Ya estás listo — sonrió para luego irse hacia la parte trasera de la casa.

Era en ese lugar, en aquel espacioso lugar, donde antes las flores vivían junto con otras plantas. Llenaban el jardín de belleza, una belleza que se marchitó poco a poco.

— Pobrecitas — dijo con tremenda tristeza, al ver lo que parecía ser un jardín.— En cuanto acabe este invierno, les prometo, que apenas salga un capullo de cerezo, sembraré más flores.

Sacó las plantas secas volviendo a la parte del frente de la casa, fue allí donde una señora un tanto mayor, la llamó con la mano para que fuera donde ella. Sin cuestionarse mucho, se dirigió hacia aquella señora de semblante amable que parecía tener unos cuarenta años.

— Buenos días — saludó la señora con una pequeña reverencia, a lo que la chica hizo lo mismo para luego saludar.

— Buenos días — dijo con una sonrisa muy bien fingida.

— Anoche escuchamos que alguien golpeaba su puerta con mucha fuerza — mencionó intentando sonar preocupada.— ¿Está todo bien?.

— Oh vaya, debió molestarles, les debo una disculpa — volvió a hacer una reverencia.

— Para nada, no te preocupes jovencita — negó entre risillas.— Por cierto, ¿Cómo te llamas? — preguntó con notable interés.

— ¿Mi nombre? — preguntó sorprendida.— Mi nombre es Jung Dong-sun.