Chocolate caliente

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— ¿Entonces aquí se celebra la Navidad? — preguntó una azabache mientras frotaba sus heladas manos entre sí, buscando calor.

— Precisamente, hoy es Noche Buena y mañana ya es Navidad. — respondió un rubio ojiazul, tomando las blancas manos femeninas entre las suyas y soplando aire cálido a ellas. — ¿Mejor?

La chica sonrió. — Mucho.

El viento soplaba con suavidad. La nieve caía con elegancia al suelo, cada copo siendo único en cuanto a forma y belleza. No era la primera vez que veían la nieve, pero sí era la primera vez que se encontraban fuera de su hogar mientras ésta caía.

La ciudad de Marley a la que se habían infiltrado se había transformado desde que el primer copo de nieve cayó del cielo. El blanco pintaba cada una de las calles, volviéndose un lugar mágico.

Mikasa y Armin habían salido a dar una vuelta con el permiso de Hanjie, asegurando que no regresarían muy tarde.

El joven había visto ya esas calles nevadas en las memorias de Berthold, pero aún así, se mantenía feliz al verlas en persona, sobretodo por la forma en que el rostro de la chica a su lado se iluminaba a cada paso que daban.

Lo que sea con tal de verla feliz.

Habían pasado junto a un puesto de alimentos, siendo detenidos al sus narices detectar un agradable aroma. Se acercaron a dicho lugar llenos de curiosidad, Mikasa distinguió que la mujer se encontraba sirviendo un brebaje café en unos vasos.

— Disculpe, señora. ¿Qué es? — la señora sonrió ante la inocencia de la pregunta formulada por aquel rubio de aspecto adorable.

— Se llama chocolate caliente, corazón. — respondió con maternidad, sirviendo a ambos adolescentes un vaso de la bebida humeante. Armin pagó por ellas antes de que Mikasa pudiese sacar el dinero, ganándose una pequeña mirada de reproche por parte de ella. — Aquí tiene, uno para usted y otra para su hermosa novia.

Ambos jóvenes se sonrojaron por sus palabras. — Nosotros no... Él/Ella y yo... — dijeron al mismo tiempo, sacando una suave risa a la mujer frente a ellos.

— Reconozco a dos personas enamoradas cuando las veo. No hay por qué esconder sus emociones. — les tendió dos pequeños panes. — Tomen, es cortesía de la casa. Feliz Navidad.

— Gracias, feliz Navidad. — fue lo único que atinaron a decir, antes de comenzar a caminar en silencio por las calles del mercado, saboreando aquella deliciosa bebida junto al pequeño pan que aquella amable mujer les había regalado.

Ninguno de los dos decía nada, debido al comentario anterior, pues les había acelerado el corazón y hecho temblar sus manos ligeramente. Permanecía en silencio por miedo a incomodar más al otro.

Para ninguno era sorpresa los sentimientos del otro, pero simplemente no tocaban el asunto, pues el simple hecho de ser correspondidos les bastaba. Ambos sabían que no podían darse la oportunidad de ir más allá, no cuando hacía falta Eren y el mundo se encontraba en contra de su hogar.

Sin embargo, decidieron dejar aquello de lado, tomándose de las manos mientras seguían bebiendo del chocolate caliente, desviando las miradas para que el otro no viera sus sonrojos.

Las campanadas de la iglesia resonaron por la ciudad, anunciando la medianoche.

— Feliz Navidad, Mikasa.

— Feliz Navidad, Armin.


Atrasado, pero feliz navidad uwu

Los quiero nwn

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 • PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora