Moon

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El viaje de vuelta no fue muy largo, me lo pasé bien cantando a todo pulmón con todos mis amigos y durmiendo en el hombro de Moon.

Cuando llegué a mi casa mis padres me recibieron con un gran abrazo como si me hubiera ido durante un año, luego me fui a mi habitación y cogí mi móvil, tenía un mensaje de
Moon.

- Se que nos vimos hace un rato, pero ¿podemos quedar en media hora en el árbol en el que estuvimos el dia que te saque del hospital?

- Claro, nos vemos en media hora.

¿Por qué me querría ver Moon?, tal vez solo se aburría, o a lo mejor me tenía que dar algo que me había dejado en el maletero del coche.
En todo caso, decidí darme una ducha y prepararme bien para por lo menos no oler mal.

Cuando casi había pasado media hora, salí de casa y fui hasta el roble, allí estaba Moon esperándome.

- Hola, ¿he tardado mucho?

- No no, yo acabo de llegar.

- Bueno, ¿me querias decir algo?

- Tal vez este sea el último día que nos veamos.

- ¿Qué?, ¿por qué?, ¿ a dónde te vas?

- Eso no importa, te voy a echar de menos, me gustas, Michelle, desde el primer momento que te vi me gustaste, y ahora te voy a perder.

- Tu tambien me gustas, por eso fui a hablarte, Alex si que era mi novio, pero corte con el solo por ti. Por favor quédate.

- Ojalá fuera decision mía quedarme, pero no lo es.

Tenía los ojos llenos de lágrimas, me estaba pasando lo mejor, y a la vez lo peor del mundo.

- Michelle tus padres te estarán esperando, se está haciendo tarde.

Como un impulso la besé, esa sería mi despedida.

Cuando llegue a casa, subí corriendo a mi habitación y me tiré en la cama, no podía parar de llorar.

Entonces escuche unos pasos fuera de mi habitación.

- Mamá o papá, vete necesito estar sola.

Nadie me respondió, entonces vi hacia mi puerta, estaba abierta, fuera de esta solo podía ver oscuridad. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, recordé a la chica de la que me había hablado Cam en el bosque, también pensé en que algo o alguien me había tocado el hombro.

Algo se empezó a asomar por la oscuridad, cuando se acercó lo suficiente para poder distinguir que era verifiqué que era aquella mujer de la que hablaba Cameron.

Empeze a gritar y me escondí entre las sábanas, no podía dejar de llorar, era el peor día de toda mi vida. Recordé las últimas palabras que Moon me había dicho “Adiós, te
amo, Mich”

De pronto, todo se calmó, noté como el miedo se me había ido del cuerpo de repente, con temor a lo que me pudiera encontrar, salí de debajo de las sabanas y abrí los ojos.

¿Qué estaba pasando?

Toda mi familia y Alex estaban alrededor de mi camilla, llorando y gritando de la emoción.

- ¿Qué pasa?

- Osito, estabas en coma, te acabas de despertar después de casi un mes.

- ¿Qué?, no, no puede ser, ¿dónde está Moon?

- ¿Quién es Moon?

- Alex, tu sabes quien es, la chica de pelo marrón con la que discutía el capitán.

- Ah, te refieres a Natalia…

Todos se callaron de repente.

- ¿Dónde está?

- Cuando vino la moto te aparto, pero eso hizo que la atropellara a ella, y acabase con su vida…

- ¿Esto es una broma verdad?, no juguéis con eso.

- No es una broma cariño, lo siento.

No podía respirar, solo recuerdo que no podía parar de gritar.

Todo lo que había vivido solo existía en mi cabeza. Moon, Cameron, Zoe, Raúl, todos ellos ni siquiera existen.

Ahora llegada la noche, solo podía mirar por la ventana. Por lo menos ese gran roble seguía ahí, iluminado por la luna que tanto me recordaba a Moon.

Cuando la enfermera me dijo que tenía que descansar, solo pensaba en que tal vez, en mis sueños les volvería a ver.

Antes de cerrar la ventana una luciérnaga se me apoyo en la mano.

Lo único que pude decir fue:

“Gracias por todo, Moon”