Anonimato©️

Champagne Lovers

You used to love me when the lighs burned low

Josh.

Sus labios, sus hermosos y finos labios, con sabor a cereza, besándome un deseo y desespero –jodido sueño ¿no?— pues hacia más de tres días que no dejaba de soñar, de pensar en ello. Solo la había besado una sola ves y fue por la emoción de haberle ganado en la subasta a mi tío —el hermano de mi padre— era un bueno ofertando y nadie la ganaba, hasta el domingo en la noche que lo hice yo.

—Andrew, fui a las tiendas de ropa y vi un conjunto increíble para... —Mar se detuvo al darse cuenta que yo estaba en la oficina de Andrew. —Lo siento, no sabía que estas aquí.

No tenía nada en contra de la chica, solo que era muy confianzuda con todas las personas a su alrededor y como buen McCarthy no puedo permitir que se me trate como a cualquier persona. Un texto en mi pantalla me hizo restarles importancia a las disculpas de Mar.

Hermano: Tiene tiempo que no te vemos Josh.

Calvin: Christian tiene razón, vente hoy con nosotros al bar.

Stuart: Y después vamos al club (trae a tu nueva novia)

Hermano: Si, queremos conocer a la desafortunada.

Yo: No creo que quiera ir, su ambiente no es lo suyo.

Hermano: Entonces es una estirada más de las que te tiras.

Sahara: No la conoces y ya la estas juzgando Christian, dale una oportunidad a la chica.

Calvin: Yo se la doy, debe de estar mala de la vista para fijarse en Josh.

Sahara: Josh ignora a los idiotas, si quieres venir con la chica estamos en el bar a las 8 pm.

Dejé el teléfono sobre el escritorio de Andrew para darle toda mi atención al parloteo de Mar.

—Háblame del conjunto —dije interrumpiéndola.

—Pues, lo vi en la plaza, es negro, es Versace y pues con eso puedes saber que el presupuesto para ella aún no está autorizado —explico tímida.

—Debo irme —. Mire mi reloj como si de verdad tuviera algo importante que hacer.

Maybe we are the champagne lovers

Por una milésima de segundo estuve apunto de guardar mi tarjeta y salir de la tienda sin como alma que lleva el diablo sintiéndome estúpido por hacerle obsequios a alguien que ni siquiera sabia su fecha de cumpleaños. Jamás en mi vida había comprado un atuendo que no fuera para mi —pero lo estoy haciendo ahora— el simple hecho de que haya considerado la opción de comprar ese estúpido vestido del cual Mar hablaba tan maravillada me dijo de mil formas "te tiene idiotizado y solo la has besado una vez".

—¿Algo más que desee llevar joven McCathy? —pregunto uno de los asistentes de compras de Versace.

—Esos tacones —. Los tacones eran el complemento perfecto del vestido, unos tacones muy finos y negros. —Llama a Andrew y pregunta el numero de Megan Norman —le indique el señor de unos cuarenta años.

Terminaron de empacar las prendas cuidadosamente y me las entregaron. Al salir había algunas personas esperando por mí, me detuve a tomarme algunas fotos y seguí mi rumbo al apartamento, era tan solo medio día y aun faltaban horas para reunirme con los chicos.

Megan no conocía más nada de la ciudad, era obvio que en cuanto la llevara del otro lado de la cara de la moneda, en este caso de Santamonica abriría los ojos y se daría cuenta de lo afortunada que fue.