VII

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"Si tu quieres, puedes entenderlo"

¿Qué rayos significaba eso?

Las x y las y estaban en los triángulos, antes parecían indescifrables podrían ser domadas ahora. No creyó que podría llegar a este punto. Sus progenitores seguro llorarían de la emoción que les provocaría verlo resolver todos estos problemas con tanta soltura.

Ahora realmente podía apreciar los frutos de su arduo trabajo.

Sin embargo, tanto estudio no lo hizo maestro en entender rubios cuatro ojos que soltaban palabras al aire.

Si tu quieres, puedes entenderlo"

Esa frase fue dicha por Kei hace más de dos semanas y seguía sin entender qué rayos significaba ¿Cómo no podría él entender que dos hombres se gustaran? Bueno, en realidad lo entendía si eso era lo que Tsukishima quería enseñarle.

Dos semanas y nada había pasado más que tardes largas después del club dedicadas al estudio. Fines de semana en la casa de los Tsukishima en los que sus ojos se escurrían hasta el libro de colores que seguía inmaculado en un librero. El cual se atrevía a hojear siempre que el rubio bajaba para traerle una merienda que su madre preparaba con esmero.

Charlas casuales entre descansos y palabrerías que dos chicos de tercer año podrían decir. Pero ninguna respecto a la sexualidad poco común de Kei.

Rama de la biología que se dedica al estudio del comportamiento de los animales.

Etología.

Buscó la opción en los incisos.

Tsukishima no mostraba ningún comportamiento diferente a lo usual, tal vez estaba sonriente y bromista, más nada más.

"No pienses en eso" se regañó.

Se golpeó la frente con su lápiz para enfocarse.

Se supone que debería de estar concentrado en su prueba, porque de eso dependía que Tsukishima no cometiera un sanguinario asesinato contra su persona por hacerlo trabajar tanto durante semanas y, además, correr una montaña que odiaba con cada poro de su ser mientras su persona menos favorita del mundo lo veía hacerlo.

¿Por qué no podía sacarse eso de su cabeza?

Tal vez porque era algo que nunca hubiera esperado de Tsukishima. Era casi comparable a descubrir que Kageyama amaba a los animales tiernos. Una bomba. Tsukishima se sentía atraído por otros chicos. Hombres. Y era algo que moría por discutir con él.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Las chicas eran lindas, suaves y olían bien ¿por qué los chicos?

Describe el peso molecular de la siguiente sustancia

Tal vez hablarían de ello cuando el período de exámenes acabará porque sino Hinata no se podría concentrar.

Concentrar ¿por qué debía de hacerlo?

"Chicos, se acabó el tiempo así que lápices abajo"

Ahora recordaba el porque.

Maldijo.
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Hinata entró al gimnasio con mucha cautela.

"¿Pasa algo sempai?" Amai preguntó al verlo actuar así.

A Hinata le agradaba, era su líbero de primer año, era pequeño como Noya pero con quince veces menos energía. Era respetuoso con todos y muy amable.

"Nada, estaba tratando de evitar a..."

Una mano atrapó su cabeza y la presionó con algo más que poca fuerza.

"Espero que no estés tratando de evitarme" la profunda voz lo paralizó.

"¡No! ¿Por qué lo haría?" respondió con nerviosismo.

"¿Me dirás cómo te fue con tus pruebas? " dejó su cabeza, se sentó en la entrada y comenzó ponerse las zapatillas de práctica.

"Ya quiero verlos correr esa montaña" entró cantando Kageyama.

"Ni en tus mejores sueños, rey" bufó y ambos comenzaron a discutir como solían hacerlo desde que iban en primer año "A diferencia de ti, Hinata tiene más de una neurona funcionando"

"O quizás te pegó su estupidez" se burló Kageyama.

"Ya lo verás cuando salgan los resultados, será muy grandioso ver cómo otro de tus súbditos están por encima de su excelencia"

Hinata se mordió la cara interna de su mejilla para aguantar las ganas de decirle a Kei que no había terminado su prueba de química. Cuando salió de su salón estaba muy decidido, pero cuando escuchó sus palabras, el valor escapó mágicamente de su cuerpo. No podía decirlo, menos frente a Kageyama en ese momento.

Pero esos dos chicos no le daba tregua, porque un segundo después pudo sentir la mirada de sus dos compañeros lo miraron ferozmente, pidiendo con sus ojos que diera réplica de lo que él otro decía.

Sus piernas flaqueron, con miedo de que lo hicieran escupir la verdad, más el dios de la fortuna lo sorprendió y Ukai los llamó con el silbato, que sonó a un coro de ángeles.
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Sus pies le dolían de buena forma cuando iba de en el último tramo de camino a casa. Un duro entrenamiento después de su período de exámenes era justo lo que necesitaba para liberar la tensión de todo su ser.

Aunque su preocupación por la prueba de química seguía latente. Tenía que decirle si o si a Tsukishima respecto a ello, porque no quería sorprenderlo en el momento que salieran los resultados.

Sabía que no podría evitar lo inevitable, pero tal vez si disminuirlo un poco. Solo necesitaba encontrar el amortiguador perfecto.

Entró a su hogar e inmediatamente su cuerpo fue asaltado por su querida hermana menor, Natsu.

"Bienvenido a casa, hermano" saludó con la misma energía que él poseía.

Agradecía tener un cuerpo lo suficientemente entrenado como para soportar la carga de ella sobre él.

"Estoy en casa" respondió dándole una caricia en su cabello rebelde "hoy tienes más energía de lo usual, Nats"

Ella asintió con más energía y le mostró dos entradas coloridas de tonos verdes y cafés con unos dibujos de dinosaurios en las que podía leer: viaje increíble al pasado.
"Me los ha obsequiado mi profesora por mi pintura en artes"

Bajó a su hermana pero mantuvo su vista en las entradas.

Eso era justo el amortiguador que estaba buscando.
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Salía del cuarto de baño cuando escuchó las vibraciones de su teléfono en la mesa de estudio. Frotando una toalla en su cabello fue a revisar el mensaje que le había llegado, lo más probable es que a esa hora se tratara de Yamaguchi o de su hermano.

"Nos vemos el domingo bajo el reloj del centro, quiero pagar de alguna forma tu ayuda estos días"

Leyó.
...
Lamento no actualizar, quería tener muchos caps para subirlos juntos, pero no funcionó colo quería.
Espero que hayan disfrutado leer
¿Qué creen que suceda en la salida?

Nos leeremos pronto!

Tardes después del clubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora