XXI

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Saber que Tsukishima ya le había dicho de su relación a sus padres puso un gran peso sobre los hombros de Shoyo. Él ni siquiera había hablado del rubio con su mamá más allá de nombrarlo como un compañero que lo ayudaba a estudiar ¿Cómo iba a decirle a su mamá que eran novios? Suponía que tenía que empezar contándole que le gustaban los chicos, aunque no se había sentido atraído por otro aparte de su novio.
Era demasiado complicado explicar algo que ni siquiera él entendía a la perfección. Pero la tarde después del entrenamiento infernal decidió que era el momento de decirlo.

Estaba su mamá en la sala, tejiendo mientras Natsu se distraía haciendo collares coloridos. Era su hobby esos días después de que la abuela le haya reglado una caja con todo tipo de cuentas e hilos.

Se sentó al lado de su progenitora, más no dijo nada. Solo se quedó ahí, en blanco.

No creyó que fuera tan difícil, porque no debía de serlo, no en teoría.

"¿Pasa algo, Sho?" preguntó ella deteniendo su tarea de tejer.

"¡Sí! Digo... Mmm... No, pero sí" sus manos estaban sudando y la cara de su mamá llena de confusión no estaba ayudando "Lo que quiero decir es que... Yo estoy"

"Ni chan está saliendo con su amigo del club" dijo Natsu, que en algún momento también abandonó su hacer para inmiscuirse en la charla.

"¡¿Cómo lo sabes?!"

"Te extraño un montónNatsu hizo una ridícula imitación de las palabras que Hinata dulce que solía decirle a Kei cada noche.

"Te he dicho que no espies mis conversaciones" en respuesta Natsu le enseñó la lengua y le sugirió hablar más bajo la próxima vez.

"¿Es cierto Sho?" interrumpió la pelea entre ambos.

Asintió con la cabeza y dijo:

"¿No estás sorprendida?¿Molesta?"

Ella le acomodó los mechones rojos tras su oreja y lo miró firmemente, lo que hizo que las entrañas de Hinata se paralizaran.

"¿Eres feliz?" el volvió a asentir, aún con el miedo en el pecho "Entonces todo está bien, solo que vamos a buscar un mejor momento para contárselo a tu padre" él no respondió, solo abrazó a su mamá con mucha fuerza.

*
*

"Puedes sostener esto"  Hinata llamó a Kegeyama para que se acercara a él.

Tsukishima siempre estaba pendiente a cualquier cosa que hiciera cuando estaban en la misma área. Si tomaba agua, si descansa o si saltaba dos pulgadas por encima de lo normal, eran hechos que no pasaban desapercibidos por su novio, sin embargo era excepcionalmente atento cuando se trataba de Kageyama. Era una cuestión de segundos para que notara que ellos estaban en juntos. Casi era como si los apuñalara con la mirada al darse cuenta de ello. Y Hinata se aprovechaba cada que vez que podía de eso, porque cuando Kei se ponía celoso solía ser mucho más dulce y le cumplía los caprichos que deseaba.

El pelinegro sintió su propuesta extraña, pero de todas formas hizo lo que Hinata le pidió, sostuvo la pelota posando sus manos sobre las del rematador.

Uno

Dos

Tres

Cuatro...

Cuatro segundos, un nuevo récord, fue el que Kei se tardó en empezar a dar pasos sonoros en su dirección.

"Tan predecible" sonrió complacido.

"¡Tsukki!" la voz del ahora ex capital sonó en el gimnasio.

Inmediatamente el rubio giró y cambió de dirección sin dudar ni un segundo.

Hinata frunció el ceño al ver que su plan era frustrado.

.
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"¿Puedo llamarte Tsukki?" preguntó Hinata después de que terminaran su apoyo a los chicos de grados inferiores.

"No" cortó tajantemente.

"Pero Bokuto y Kuro lo hacen" de quejó.

"Ellos no tienen permitido, pero hacen lo que quieren"

"¿Y Yamaguchi?" insistió.

"Él es especial" esas palabras sonaron extrañas y de alguna forma sugerentes.

"¿Me estoy perdiendo de algo?"

"..." Kei se quedó sin palabras "Cuando me di cuenta que me gustaban los chicos fue porque como que me sentía atraído por él" explicó restando importancia.

Al notarlo inmediatamente su mirada se hizo afilada.

"¿Cómo que te sentías o realmente te sentías atraído por él?"

"¿Eso importa realmente? Fue hace tiempo y lo superé.

"Pero sigue siendo tan especial como para que lo dejes llamarte de forma familiar ¿no?" Hinata mordió sus labios mientras reflexionaba las palabras que acababa de decir "No necesitas responder" lo cortó antes de que siquiera pudiera replicar "Es tonto lo que dije, solo olvidalo. Nos vemos mañana, saluda a tu mamá de mi parte" Shoyo solo sintió la necesidad de meter su cabeza bajo la tierra.
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Realmente había sido tonto que dijera esa palabras. Era más que claro que Guchi era muy especial para Tsukishima, después de todo ellos dos eran amigos de la infancia, habían pasado un montón de cosas juntos desde cambiar de dientes hasta elegir los colegios a los cuales ir. Estuvieron juntos por muchos años y seguro si Yachi no hubiera entrado en la ecuación seguirían de la misma forma. No iba a poder nunca competir contra su cercanía.

Menos tomando en cuenta que se iría a Brasil y que se quedaría seria al lado de Tsukishima seria de nuevo Yamaguchi, su mejor amigo.

Brasil cada vez era una realidad más cercana y eso lo emocionaba, pero por otro lado también le causaba miedo.

¿Qué pasaría con ellos cuando Hinata atravesara el mar? ¿Ellos podrían soportarlo? Su relación era ya complicada con los entrenamientos de preparación.

No quería pensar en este tema, de hecho ambos decidieron que lo iban a dejar de lado, que disfrutarían todo lo que él tiempo les regalara y que decidirían que hacer en el momento del adiós. Pero ahora sentía que ellos podrían tener problemas antes de siquiera cruzar ese puente.

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Lo primero que hizo al terminar su práctica fue sacar el teléfono para llamar a Kei y ofrecerle otra disculpa por ser tan idiota. No tenía sentido que le echara bronca cuando él mismo se la pasaba provocando a su novio con Kageyama.

El primer pitido sonó al ritmo de una melodia que reconoció al instante.

"Te tomaste tu tiempo" dijo Tsukishima mientras se levantaba.

Llevaba su ropa del instituto aún así que lo más probable era que lo había esperado desde la tarde.

"Perdón por ser infantil" fue lo primero que dijo.

"Disculpa aceptada" dijo abriendo los brazos.

Inmediatamente Hinata fue a ellos, Kei lo recibió gustoso, realmente adoraba abrazar a su novio.

"Tsukki, Hinata" los dos chicos se quedaron petrificados al escuchar esa voz tan familiar.

Tardes después del clubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora