XXVI

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El tibio aliento de Tsukishima resbaló en su cuello, haciendo que todos los vellos de su cuerpo se erizaran. Tal fue su sorpresa que sus labios dejaron escapar el nombre de su armador.

Y la expresión de un enojo sin intención de ser disimulado le advirtió que fue un grave error comenzar de esa manera.

Kei no sabe cómo debe de interpretar que su novio esté pensando en otra persona a su lado, y que justo sea quien peor le cae. Quien saca lo peor de él. Kageyama Tobio.

El mounstro de la ira empieza a cegar el juicio de Kei de tal manera que sus palabras empiezan a salir irracionales.

"¿Por qué estás pensando en el rey mientras estás conmigo?" ¿es él más importante para Hinata?

Pero ningún mounstro es lo suficientemente aterrador para amedrentar a Shoyo quien se levanta con las manos hechas jarras.

"Primero que nada, no de la manera en la que crees" el dígito se extiende tan cerca de la cara del rubio que casi vizquea "Segundo, no tienes derecho a limitar sobre quienes debo de pensar" Hinata piensa que está vez su novio a sobrepasado los límites.

Y bien, si utilizaba a Tobio para molestar a su novio porque se le hacía ridículamente lindo que Tsukishima celara una interacción que no pasaba más allá de una relación entre rematador y armador, tal vez rozaba una amistad, pero hasta ahí. Y si se encontraba pensando en él, era solo porque las palabras de Kageyama habían picado profundo en él.

Tobio no se caracterizaba por ser una persona buena para expresarse. Sus palabras siempre eran toscas y sin una pizca de tacto, pero honestas. Ese mismo chico honesto fue quien estaba reconociendo su juego. Se sintió bien, eso era todo.

"Pues no es solo tu pensamiento, siempre estás hablando de él" menos desde que ya no entrenaban juntos, pero sus conversaciones siempre convergían en el mismo punto, Kageyama.

"¿Y tú no lo haces de Yamaguchi?" contraatacó el pelirrrojo exasperado "Incluso me dejas de lado cada vez que está aquí.

"No metas a Yamaguchi en esto"

"¿Por qué no?"

"Porque tú fuiste quien me dijo que estaba bien que viniera, cabeza de chorlito"

Claro que él dio el visto bueno, pero no para que le batiera las pestañas en cada ocasión que tuviera. Eso siempre molestaba a Hinata, pero no lo expresaba. Quizás ese había sido su error.

"¡Te gustaba!" la situación empezó a rebasar a los dos chicos y Hinata sintió la urgencia de salir de ahí porque esto no los estaba llevando a nada "Y cuando los veo, siento que aún lo hace"

Dicho eso, salió de la sala mientras se ponía su sudadera.

"Eso está en el pasado, además... ¡Ademas tú besaste al rey, no creas que se me olvida!" le escupió cuando lo vio tomar el pomo de la puerta que daba a la salida de su casa.

"¡Yo no lo besé, él lo hizo!" gritó cerrando de un portazo.

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HOY

Kei <3 Vamos a hablar 16:35 ✓✓

Tardes después del clubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora