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Poco después de que el sol se alzara, abrió lentamente los ojos un pelinegro con su rostro inexpresivo, el cual se empezó a rascar los ojos para quitarse un poco el sueño

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Poco después de que el sol se alzara, abrió lentamente los ojos un pelinegro con su rostro inexpresivo, el cual se empezó a rascar los ojos para quitarse un poco el sueño.

Se quedo unos pocos segundos en completo silencio mirando el techo, hasta que se volvió a arropar hasta poco más debajo de la cabeza con la suave sábana que le daba calor. Realmente le encantaba aquella sensación sumado al tranquilo ambiente.

Pero como nada es eterno, tuvo que levantarse del suelo y despojarse de su comodidad para atender su vejiga. Camino tranquilamente mirando a sus amigos que se encontraban a su alrededor.

Vio algunas sábanas y almohadas en el suelo, obviamente eran de los pocos que no habían tomado cerveza a mares. Cosa que era evidente cuando vio a Cartman, Stan y entre otros de sus amigos tirados en el suelo profundamente dormidos.

Aunque más parecía que acababan de terminan de agonizar, pero bueno, a no ser que a alguno de ellos le de un coma etílico o algo parecido. Todo esta bien, ya que la resaca es temporal.

Salió de la habitación cerrando la puerta con delicadeza para no despertar al resto, y se dirigió a la puerta del baño. Ya sabía donde estaba, ya que muchas veces había ido a la casa del moreno.

Al estar frente a la puerta giro la perilla solo para ver que en el interior del baño se encontraba Butters con los pantalones en el piso y la camisa arriba, dejando ver sus piernas y torso. El rubio rápidamente giro su cabeza al escuchar la puerta abrirse.

-Oh, hola Douchebag - saludo el chico mientras tiraba de la cadena del retrete y se subía los pantalones.

El mencionado por su tan conocido apodo ni siquiera parpadeo y se limito a devolver el saludo con su cabeza. Nada fuera de lo común, ya se había acostumbrado de esa forma tan "especial" que tiene su amigo rubio de orinar.

Espero hasta que el rubio se hizo a un lado para lavarse las manos para acercarse a la taza del retrete y vaciar su vejiga. Por parte de Butters, este se estaba secando las manos mirando su reflejo y el del pelinegro en el espejo.

Aprecio lo lindo que se veía su amigo con su pijama y su expresión, a pesar de que no lo amaba con locura a diferencia de algunos. Realmente a ojos del rubio, el niño nuevo era muy lindo.

Después de estar observando todo su cuerpo, su mirada se quedo clavada en la cintura del pelinegro. El rubio sintió la tentación de asomar ligeramente vista para ver lo que normalmente los amigos no se ven.

Ganas no le faltaban de hacerlo, pero el hecho de ser descubierto y que algo malo pasase le incitaban a irse del baño. Pero como es obvio, las ganas de verle el pene al niño nuevo fueron mayor prioridad que su pensamiento lógico.

El cual estaba siendo suplantado por otro pensamiento que le decía de que solo era una mirada, autoconvenciéndose de que no iba a hacer algo malo.

¡Que os den, chicos! [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora