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El chico callado se encontraba viendo la hora en su celular mientras salía de su casa despidiéndose de sus padres, ya les había informado que iba a pasar la tarde con un amigo

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El chico callado se encontraba viendo la hora en su celular mientras salía de su casa despidiéndose de sus padres, ya les había informado que iba a pasar la tarde con un amigo. Llevaba unos cuantos minutos de ventaja, así que el tiempo no era realmente un apuro.

Caminaba tranquilamente por la acera, a ese ritmo iba a llegar al punto de encuentro a tiempo y sinceramente, dudaba que Clyde se presentase a tiempo. Aunque tratándose de ir a Pasitas, bueno... 

Cualquier cosa podría pasar.

Aunque fuera de eso, se preguntaba si después de todo lo ocasionado en el segundo juego le permitirían siquiera acercarse al lugar. Bueno, sabiendo la capacidad de retención de la mayoría de personas que habitan en el pueblo probablemente no pase nada.

Pero aún así el niño nuevo prefería no pensar mucho en ello, no tenía intención de despertar aún más sus traumas del pasado.

Paso unos minutos más caminando en silencio hasta llegar a la a puertas de aquel lugar que no le traía recuerdos muy bonitos. Para sorpresa de nadie, el castaño no se encontraba a la vista.

Douchebag ya se lo esperaba, así que solo esperaba que a Clyde no se le haya olvidado, aunque era prácticamente imposible tomando en cuenta que esto involucraba un tema que era de su total interés.

Su ideal inicial fue quedarse afuera y esperar a la llegada del castaño, pero al cabo de un minuto descarto la idea por completo cuando vio que no tenía internet en el móvil. Eso, y el hecho de que empezaba a hacer un poco de frío, pero eso era lo de menos.

Guardo su móvil esperando que Clyde llegase lo más pronto posible mientras entraba al local, el cual no había cambiado mucho desde la última vez que tuvo la desdicha de haber hecho acto de presencia en el lugar.

Dio un rápido vistazo a todos los lados para ver que todo el lugar seguía su ritmo, las camareras, las decoraciones, los clientes idiotas, etc. Aunque eso último tal vez no tenía del todo derecho a juzgar, ya que ahora mismo era uno de ellos.

Cliente si, pero idiota no. Al menos no del todo y ni muchos menos al nivel de la mayoría de la gente que se encontraba en ese lugar. Así que si se podría decir que el niño nuevo era un idiota, pero era el rey de los idiotas si lo veías de cierta forma.

En fin, mejor no seguir dándole más vueltas a todo el asunto. El chico pelinegro se fue directo a una mesa un tanto alejada del resto, no paso mucho hasta que un mesera se acercase para preguntar que iba a pedir.

Lo único que hizo Douchebag fue entregarle una hoja con el texto "Estoy esperando a alguien", siempre era bueno traer una hoja y un lápiz en todo momento. La mesera ante esto se retiro, dejando al pelinegro solo en su mesa, mirando la puerta del local esperando pacientemente la llegada de su amigo.

Los minutos pasaron hasta que el castaño se digno a hacer acto de presencia en el lugar, estaba sudando y se notaba que había salido de su casa apenas arreglado, y lo había hecho de una manera bastante apresurada.

¡Que os den, chicos! [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora