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Louis se sintió cayendo, cayendo, cayendo. parecía no haber fin de eso. El viento se arremolinaba alrededor de su cuerpo, sus extremidades siguiendo las fuertes corrientes de aire agitándose ante estas mientras descendía.

Cayendo, cayendo y luego nada.

Louis se sintió caer contra lo que parecía ser una superficie dura. El suelo debajo de él era frio y áspero, raspando la piel delicada del chico, lo que le causo hacer una mueca de dolor por el malestar. Justo cuando Louis estaba a punto de abrir los ojos, oyó un ruido fuerte seguido por el peor dolor que experimentaba.

Caía de nuevo al suelo. Louis vagante escucho de repente fuertes sonidos huecos y gente gritando. Se deslizo en su inconsciencia con un solo pensamiento en la mente.

<<La vida en la tierra es una porquería.>>

─ Señor juro que no tengo ni idea de dónde vino

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─ Señor juro que no tengo ni idea de dónde vino. Yo estaba conduciendo, entonces el apareció de la nada en la calle. ─

─ Liam, los chicos no aparecen mágicamente de la nada. Solo porque atropellaste al chico no significa que puedas dar excusas. ─

─ ¡Pero no lo hago! ¡De verdad, fue como si acabase de caer en la calle de la nada! ─

Louis abrió sus ojos desenfocada mente adaptándose al nuevo entorno. Mirando hacia abajo, parecía que estaba en una cama decorada con sabanas de color gris y negro oscuro, una cantidad horrendamente grande de lujosas almohadas grises con bordados dorados. Las paredes de la habitación eran grises y también tenía una colección de pinturas que Louis sabía que iba a tardar años en apreciarlas de verdad. El chico parpadeo un par de veces. Aquí todo era mucho más oscuro que en el cielo, por lo que le tomo un poco para acostumbrarse.

─ ¡Oh, estas despierto! ─

Louis observo a aquellos dos hombres mirándolo con detalle. Uno de ellos era alto y delgado, con una mirada de disculpa en su hermosa cara. El otro hombre era un poco más bajo y lucia tranquilo con una cara amable y el cabello brillante rubio. Ambos se veían bien eran tan hermosos como ángeles, como los que él estaba acostumbrado a ver, por lo que se puso más cómodo.

─ Hola ─ El hombre rubio dijo, su voz era suave, algo ronca, muy diferente a la melodiosa voz de los ángeles que Louis siempre escuchaba. ─ ¿Te encuentras bien? ─

Louis trato de asentir con la cabeza, solo para sentir un dolor punzante a través de su cráneo. Grito y se agarró la cabeza obviamente lastimada. El rubio se rio un poco.

─ Tu cabeza te debe doler mucho, fuiste noqueado ayer después de haber sido golpeado por un auto ─ le explico con calma ─ Recuerdas tu nombre? ─

─ Louis ─ soltó apenas audible con la cabeza palpitante, pues aún le dolía. ─ Louis Tomlinson. ─

─ Ah, está bien Lou, puedes decirnos ¿Cuántos años tienes o dónde vives? ─ pregunto el rubio a lo que Louis negó con la cabeza.

El sonido de una campana [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora