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Harry se sentó en la silla de su impresionante estudio, y una gran pila de documentos incompletos a la espera de él, pero el empresario no podía poner atención para encargarse de ellos en este momento. Lo único que pasaba por su mente era como Louis poco a poco lo estaba conduciendo al borde de la locura.

Había sido una semana y media desde que Harry había llevado al chico de vuelta a su mansión luego de encontrarlo merodeando en una iglesia y ya el menor había logrado poner la casa patas arriba.

Primero Harry había tratado de ser hospitalario por consejo de Niall y le había dado a Louis la habitación más lujosa de su mansión, solo para que después de unos minutos encontrar al más joven tumbado en el suelo haciendo un berrinche. ─ ¡Todo en esta habitación es de oro! ¡oro real! Es repugnante, ¿Cómo puedes vivir contigo mismo gastando dinero en una habitación de oro macizo? 

Al día siguiente Harry había vuelto a su casa para encontrar a una sirvienta sonríente que le dijo con entusiasmo. ─ ¡El adorable joven Louis se hizo cargo de la cocina preparando algo para todo el personal! No era algo perfecto, ¡pero todos estamos agradecidos de su amabilidad! ─ Diez minutos después, el empresario entro en la oficina de su casa para ver un plato de galletas, todas con mensajes de aliento y pequeñas caras tontas dibujadas en ellas con colores llamativos.

Y luego estaban las baratijas, Harry no podía ir a una sala de su casa sin encontrar algún tipo de figura de madera tallada por Louis las cuales eran en forma de ángel, claro el menor había conseguido la madera destrozando sus mesas de caoba de 5 millones de libras, había ángeles colgando incluso de su finísima lámpara de araña, todos y cada uno de ellos con sonrisas sonrientes que a Harry le parecían espeluznantes. 

─ Ese chico me está volviendo loco. ─ se quejó Harry masajeando sus sienes.

─ ¡Hey Harry! ¿ahora perteneces a alguna iglesia? Porque no veo otra razón lógica para que tengas estos ángeles espeluznantes por toda casa. ─ Niall entro a la oficina risueño de la cara de enojo de Harry.

─ Este parece lindo. ─ continuó Niall sosteniendo un ángel algo gordito pero que sonreía alegremente teniendo sus manos juntas en el pecho como si rezara alguna plegaria.

─ ¿Hay alguna razón para que estés aquí además de venir a reírte de mí? ─ parecía que a todos les gustaba las figuras de Louis. Igual que Liam que había llegado días antes a su oficina alardeando de una figura de lobo que Louis le había hecho.

─ Oh, sí he venido para recordarte sobre el evento de beneficencia de esta noche, sabes que estará Edward Sheeran y aún no ha firmado el contrato de fusión empresarial, por lo que es mejor que vayas y charles un poco con él. ─

─ Sabes que me dan flojera esos eventos. ─

─ Si, lo sé, pero aun así sería mejor que fueras al evento. Es para beneficencia después de todo, alguna fundación histórica. Puedes conseguir buenas relaciones públicas en caso que la situación con Louis termine siendo complicada. Mejor aún, llévalo contigo. ─

─ ¿Estás loco? ─ pregunto Harry levantando las cejas y Niall se río al ver que hablar del chico lo irritaba un poco.

─ Piensa en ello Harry, si lo llevas puedes presentarlo como un amigo frente a los medios y si el luego decide demandarte quedara como alguien que solo quería aprovecharse de tu dinero a través de tu amistad. ─

─ Bien ira conmigo. ─ después de unos minutos pensándolo Harry acepto.

─ Hablando de eso ¿cómo sigue? ¿Ya está mejor de salud? Así podemos empezar de una vez a negociar su pago y salga de esta mansión. Se nota que te molesta su presencia aquí, entre más rápido sea la negociación más rápido se ira. ─

El sonido de una campana [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora