El lobo de Zero

El lobo invocado

En un lugar lleno de campos verdes, flores y algunas montañas había una edificación con grandes murallas parecedias a las de un gran castillo en forma de una estrella.

En medio de las murallas había un edificio, quizás un castillo pero era amplio, muy largo, de varios pisos y habitaciones con torres decorándolo.

En una de esas habitaciones estaba una joven chica, una chica de cabello rosado y ojos rosados con tonos rojizos, usaba un camisón rosado tenue para dormir mientras las sábanas cubrían su cuerpo. Los primeros rayos de Sol le dieron en el rostro haciéndola despertar levemente, apretó la mirada en su bello rostro y luego se levantó suspirando y estriando sus brazos haciendo soñar sus huesos ligeramente.

Lo siguiente que hizo fue peinar su cabello frente a un espejo, se lavó la cara y comenzó a vestirse, usaba una camisa de manga larga, una falda corta de color negra, con medias negras que llegaban a cubrir casi todo el muslo, por último un corbatín pequeño con un objeto de metal con un símbolo con forma de estrella y una capa negra que cubría sus hombros, antes de irse vio una varita, una varita de madera parecida a la que usaban los magos y la tomó en una mano.

Después de unas horas ella llegó a un salón de clase con algunos estudiantes también magos, frente a ellos estaba una bruja de edad avanzada, quizás mediana algo pasada de peso con un sombrero triangular.

Quiero darles la bienvenida a su segundo año escolar, seré su profesora la señorita Chevreuse, mi atributo es la tierra, por eso me llaman Chevreuse la arcilla, durante el año en curso, les enseñaré sobre la magia elemental de tierra

-mientras la maestra hablaba algunos estudiantes se distraían con una joven chica de piel oscura, labios pintados, cabello largo sedoso rojizo y un cuerpo muy bien desarrollado con grandes senos. Otros solo mantenían silencio y entre ellos estaba Louise leyendo su libro.

Muy bien chicos, ¿cuales son los cuatros grandes elementos de la magia? -pregunto la profesora Chevreuse-

-pero entre ellos un joven levantó la mano mostrando una rosa roja, era rubio y con la camisa abierta del pecho, y parecía ser muy vanidoso-

Los cuatro elementos son fuego, agua, tierra y viento -dijo el joven rubio sonriendo- al igual que usted mi atributo es la tierra, me llamo Guiche de Gramon, el bronce -sonrio haciendo una reverencia pero la chica rubia a su lado solo lo vio de forma extraña-

Por favor téngalo en mente -el muchacho se metió la flor en la boca y sonrió brillando de la nada-

Es un placer conocerte, Sr. Gramon -dijo la profesora Chevreuse sonriendo amablemente- la magia básica para la creación de todo tipo de cosas, es la magia de tierra, para que lo entiendan mejor, quisiera que todos aprendieran un hechizo básico de alquimia -de sus mangas sacó unas piedras y las dejó en su mes, después sacó una varita mágica metálica y apuntó a las piedras-

Lhern In Bia -recitó algunas palabras y las piedras se movieron volviéndose amarillas en forma metálica, eso sorprendido a todos en especial a la chica pelirroja-

¡¿Eso es oro?! -grito la chica pelirroja sorprendida-

No, es latón -dijo la profesora Chevreuse sonriendo-

Oh vaya -dijo la pelirroja aburrida-

Ahora, ¿alguien se anima a hacerlo? -pregunto la profesora sonriendo, vio a todos y luego señaló a una estudiante- Tu, ¿qué tal tu? La de ahí