"...El rostro de la codicia...es la palabra que me ha marcado para siempre...no quiero hacerle daño a nadie...es mejor...dejar que el tiempo pase...y se olvide de mi..."
-¡a mi si me importa!-grito el joven rubio de manera escandalosa en la sala perfectamente cerrada, se suponía que nadie mas tenia que enterarse de esa conversación, pero gracias a sus gritos no dejaba mucho al misterio
-¿puedes bajar la voz?-expreso el peli gris molesto cruzándose de brazos- se supone que esto es secreto
-estoy de acuerdo con él, cállate
-ustedes dos parecen el aceite y la sal, ¿desde cuando están tan unidos?- espeto -¿Qué opinas Gaara?
-estoy de acuerdo con ellos-contesto concreto
-lo mas importante ahora es Hinata-dijo el peli negro mirándose todos entre si-¿Qué?
-¿desde cuando estas tan interesado en esto?-pregunto el rubio – dijiste al principio que solo deseabas ser el emperador, que no te importaba ella, ahora ¿Qué cambio?
-hablas mucho-desvió la mirada
-a mi solo me interesa que sea una niña- todos guardaron silencio al comentario – aunque sea conservar algo de ella, seria feliz, sin importar quien sea el padre
-yo también pienso que sea una niña, una nena dulce como ella...
-no queda mucho tiempo, hay que decidir, quien será el esposo de la emperatriz y padre del bebe que llevara en su vientre
-me da igual, solo quiero que el que sea, que asegure que será una niña, es lo único que quiero
-¿y cómo lo decidimos? ¿piedra, papel o tijeras?
*********
-si...es lo mejor...-suspiro, mirando desde el ultimo piso de su impenetrable palacio, allí en la terraza de este yacía la emperatriz, cuyo rostro casi nadie conocía, lo mas seguro que si ella saliera alguna vez al pueblo que tanto protege, o incluso caminar libremente por su hogar nadie la reconocería, nadie sabia si era hermosa o horrorosa, el simple hecho que cubre su faz ha sido una interrogante para todos lo que habitan el castillo, su naturaleza en amable, correcta y algo estricta con el deber, llevando a su imperio una época de oro, solo que su consejo de sabios después de la muerte de su padre, le ha exigido un heredero para asegurar su dinastía, manteniendo la justificación de que bajo cualquier cosa su hermana menor, Hanabi tomara su lugar, ese era el plan desde el inicio, solo eso era lo que pensaba
Planeaba escapar, no huir como todos creerían, solo se iría dejando todo en manos de su hermana menor a quien le confiaba todo, la única en conocer su rostro, sin embargo ella no estaba de acuerdo con aquella idea, veía día a su hermana mayor en la completa soledad, lentamente marchitándose como una hermosa rosa, pero en especial de las cosas ¡quería sobrinos!, así mataría dos pájaros de un tiro, Hinata se quedaría y tendría los niños que tanto anhelaba
Hanabi no se quedaría con los brazos cruzados, ya había expandido el rumor, ahora solo faltaba concretarlo fielmente para que este se volviera una realidad, lo primero que necesitaba era un medico, uno tan corrupto que vendería hasta a su familia por dinero, justamente lo que necesitaba, un medico estafador, y un hijo guapo para intercambiar, salió del palacio mientras que su hermana se quedaría como siempre en le palacio para sus deberes oficiales, emprendiendo el rumbo hacia una de las localidades mas lejanas del reino, allí en medio de todos los barrios bajos del imperio, una pequeña y modesta consulta medica se abría para ella
-doctor Rasa-dijo ella mientras la ingresaban a una de sus consultas, sentándose de manera despreocupada y decidida
-es un sorpresa su majestad que este en este lugar-dijo con cierta ironía
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¡Quiero sobrinos!
FanfictionElla solo desea libertad, irse y ser feliz en la completa soledad, su hermana no lo permitira, ver a su hermosa hermana mayor marchitarse lentamente la frustraba, ademas ella queria una cosa ¡tener sobrinos! solo asi no solo se aseguraria de no ser...