¡Quiero sobrinos!

Capitulo 2 El angel tras el velo...

"...Las heridas hechas por el amor...son las mas difíciles de sanar...pero enfrentarse a la posibilidad de volver a amar...es aun mas difícil..."

-¿acabo de salvar a la emperatriz?-parpadeo varias veces sin poder creerlo, la joven cuyo rostro se encontraba tras el velo le era todo un misterio, pero al fin había logrado su sueño, lograr ingresar y servir al palacio imperial, nada mas ni nada menos bajo la orden de la misma emperatriz, ¿acaso era su golpe de suerte?, sin embargo, sin ver su rostro, podía sentir un gran pesar en su andar, causándole mas interés de lo que ameritaba la situación, mas aun cuando subió a su trasporte junto con su hermana, siguiéndola casi por inercia, siendo custodiado por los soldados en su camino

-¿en que estabas pensando?-le regaño Hanabi-es muy peligroso que salgas

-Hanabi, soy mayor que tu, no...me puedes regañar así, se lo que hago –la castaña silencio, tenia razón la estaba dejando en ridículo, mas que todos estaban presentes allí, le estaba faltando el respeto a su propia autoridad, no paso mucho tiempo cuando llegaron al palacio, Hinata descendió mientras avanzaba todos reverenciaban ante ella ingresando a la mansión, solo que fue alcanzada rápidamente por su hermana

-¡espera!

-no saldré-contesto para seguir avanzando

-pero...

-ya lo dije-respondió para seguir su camino, no pasando inadvertido para el rubio

-¿Qué sucede aquí?-se pregunto sin pensar, mientras que los ojos de la castaña se enfocaron en su persona, haciéndolo tragar en seco

Burbujas, solo eso podía ver en el cuarto de baño, mirando el techo de la habitación, mientras que su cuerpo se inundaba con agua tibia, recordando el rostro del chico rubio quien la había rescatado, mientras su rostro se ruborizaba al instante, cubriéndose los ojos negando su cabeza –no debo de pensar en ese joven- se dijo así misma, siendo interrumpida por un par de golpecitos en la puerta sobresaltándola un poco

-hermana, perdóname

-si, no te preocupes-respondió bajamente, saliendo de la tina envolviéndose en una toalla para salir con timidez, cuando se encontró a su hermana con un bello vestido en sus manos –Hanabi, no es necesario los regalos...

-no se trata de eso-respondió la castaña- vamos al medico

-¿Qué? ¿Por qué? No estoy enferma

-de hecho, el joven Sabaku viene para acá

-¿Qué? ¿y Tsunade?

-recuerda que la enviaste al sur-respondió Hanabi animada – dicen que el joven es bastante guapo

-¡Hanabi!- le grito ruborizada-no digas esas cosas...será para malos entendidos...

-eres joven y hermosa, es normal que encuentres a los chicos guapos

-si...si...pero...yo...

-bueno, sea como sea, ese joven vendrá para acá y tiene que ver tu rostro

-¿Qué? ¡eso no Hanabi!

-¿Por qué no? Eres muy hermosa, además es u n medico debe revisarte completa

-¡¿COMPLETA?!- poso ambas manos sobre sus mejillas completamente ruborizadas-¡NO SERA ASI HANABI! ¡OLVIDALO!

-bueno, no puedes hacer mucho, porque ya viene en camino

-¡¿ Que?!- sin mas se desplomo sobre la cama

-hay hermana- pronuncio graciosamente Hanabi- vas a tener que acostumbrarte, ya hice los anuncios para encontrar el esposo ideal para ti