"Acá nos prometimos de todo; el cielo y la tierra, el mar y las montañas. Nos prometimos casarnos y formar una familia. Todo bajo la luz de la luna y en la mano un fasito bien armado"
Arrancando su viaje, por cuarta vez. Aunque la nota, en está oportunidad, parecía más complicada y confusa, para Valentín era lo más obvio que pudo haber leído. La conexión era muy grande entre ellos.Valentín ahí siempre quería mostrar su lado oscuro, ir a lo hardcore y mostrarse como un ser temible. Pero no podía, el ahí se curaba, se calmaba y tranquilizaba, era su lugar favorito en el mundo; y más si lo compartía con el rizado.
En ese lugar, el reflexionaba y aprendía cosas con tan solo acostarse y dejarse guiar por los astros, cagandose en Freud y en los demás. Conectando con el mismo.
Si la ansiedad le ganaba, iba ahí a relajarse, como si le hiciera una toma de judo, y lo que le hacía mal, en ese lugar era fácil de digerir como un jugo.
Ese sitio era especial y preciado para Valentín. El solía ir y estar solo ahí, pero cuando Mateo apareció todo cambió.
A pesar del carácter fuerte que poseía el rizado, el siempre lograba relajar y calmar al mayor. Esto hizo que el más alto le revelará su pequeño secreto al morocho en 2016, siendo el segundo, después de Tadeo, en conocer la conexión extraña y única que Valentín tenía con la terraza.
Mateo quedó enamorado, aquella primera vez, cuando Valentín lo invito a la casa de campo familiar, a pasar el fin de semana largo. A eso de las tres de la mañana Oliva le recito un verso, que quedó en su memoria, para después guiarlo tomando de su mano, hasta la terraza.
"Te haré una cita y te citaré versos en medio de tu cama, dame un abrazo y se me pasa"
Mateo se quedó pensando las palabras de su novio. Era tan hermoso lo que se le había ocurrido, tan único, poético, tan él.
Después de subir las escaleras, Valentín abrió la puerta dejando a la vista, una terraza, común y corriente como cualquier otra. Pero con una tranquilidad y aura nunca antes vista.
── Vení ── le susurró al oído a Mateo, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera ──
Mateo siguió a su pareja, hasta una manta completamente negra con puntos blancos. El castaño se recostó en esta y tironeo a Mateo para que se acueste en su pecho, siendo rápida la reacción del morocho.
── Acá siempre me relajo, me dejó guiar por los astros. Acá hay tantas cosas de mierda que las canalizo, acá bailo conmigo mismo, acá desnudo mi aura y fluyo, acá no tengo miedo de perder ── dijo tranquilo, mientras dejaba caricias en el pelo del morocho ──
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𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨 -[𝐭𝐫𝐮𝐞𝐰𝐨𝐬] || terminada
Short Storyᴠᴅᴇ|| ᴛᴇ ᴀᴍᴏ ᴍᴜᴄʜᴏ, ғᴇʟɪᴄᴇs ᴠᴇɪɴᴛɪᴛʀés, ᴍɪ ᴠɪᴇᴊɪᴛᴏ #1 truewos🥇 16/02