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DÍA 2 - ᖇIᐯᗩᒪIᗪᗩᗪEᔕ
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—¡Vaya, Marco! Tienes talento para la pintura —lo elogió la profesora de arte.
—¡Es un cuadro precioso, Ace! —Se escuchó otra voz en el fondo de la clase, proveniente de una compañera.
Ambos jóvenes sonrieron ante los cumplidos, mas la sonrisa se cayó de sus labios cuando cruzaron miradas.
Marco solo era un tipo muy ocupado con su trabajo que quería despejar su mente con algún pasatiempo, y acabó decidiendo apuntarse a unas clases de pintura. Ace solo era un universitario que soñaba con dedicarse a la pintura en vez de estudiar la carrera que cursaba.
Ninguno de los dos hubiera esperado que cada clase de pintura acabara en una competición entre ellos dos. Por algún motivo, desde que recibieron cumplidos por sus habilidades con el pincel, intentaron superarse a sí mismos y al otro con un cuadro aún mejor que el anterior. Hoy no era la excepción, ni lo sería la próxima clase.
Cuando el reloj marcó las siete de la tarde, todos recogieron sus cosas para marcharse a casa. Era otoño y empezaba a refrescar. Ace fue a coger su bufanda verde lima, pero, cuando se la puso alrededor del cuello, notó algo extraño. Se llevó la bufanda a la nariz e inhaló el aroma que desprendía. «Huele bien pero... ¿por qué huele a cítrico?».
Se oyó un carraspeo detrás de él.
—Creo que esa es mi bufanda. —Cuando Ace se giró, vio a Marco sujetando una bufanda verde lima igual que la suya... Oh, era la suya. Ace se quitó la bufanda de Marco y se las intercambiaron.
