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Se hizo el silencio. Lo que había empezado como el querer saber los sentimientos de Shinobu, había terminado como la situación incómoda de Aoi.

Mitsuri fue la primera en hablar:

-Pues al parecer estamos todas enamorados, bueno, menos Kanao.

-¿Y quién dijo que no?- Shinobu sorprendió a las presentes.

Se acercó a Kanao y le puso la mano en el hombro.

-¿No creéis que haría una pareja fantástica con Tanjiro?

Aoi desvió la mirada para evitar a su amiga. Ella pensaba lo mismo.
Pero Mitsuri entró en conversación de nuevo, haciendo una sonrisa un tanto maliciosa.

-Shinobu, ¿No estarás intentando cambiar de tema verdad?¿No quieres que hablemos de lo tuyo con Tomioka?

- Mitsuri no digas tonterías¿porque haría eso? A ver... Tomioka y yo no somos nada ¿ No sería raro que me afectara hablar de esto?

Hablaba un poco nerviosa. Mitsuri era tierna y linda, pero no tenía ni un pelo de tonta.

- Ajá, ya veo. Pues entonces déjanos ayudarte, siempre podemos arreglarte.

- ¿ En qué?- Shinobu no entendía a Mitsuri

-Bueno, tienes una cita, digo que deberías arreglarte para ello. ¿Planes peinarte de forma especial o vestirte con otras prendas?

Shinobu se quedó en blanco. No había pensado en eso, lo ignoraba totalmente.

-¡ Podria dejarse el pelo suelto! - exclamó Aoi.

-Pero es muy hermosa aunque no se vista de forma especial.- Al escuchar las palabras de Kanao, no pudo evitar sentirse halagada de una forma muy tierna.

-Gracias Kanao. Aunque quiera estoy muy ocupada con los venenos y la medicina. Solo os haré caso e iré algo arreglada.

- Ya me contarás como te ha ido, yo me tengo que ir. Adiós niñas.

Se fue dando saltos dulcemente, contenta por su pequeña victoria.

-Nosotras también nos vamos. Tenemos que entrenar,- así se despidió Aoi llevándose a Kanao.

Se marcharon dejando a Shinobu en el jardín, con la compañía de las plantas e insectos. Era agradable para ella poder hablar con sus amigas y lograr aclarar lo que piensa. Ahora estaba segura de que sentía amor por Giyu e iba a declararse más abiertamente en esa cita. Porque, ahora sí, lo consideraba una cita.

Que Bonita Está La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora