Giyushino

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-Me alegra ver que estás aquí, Kocho -comentó Giyu serio.

-No hay de que Tomioka, somos compañeros y podemos hablar.

-Estoy de acuerdo, además, hoy hace una noche preciosa -levanto la mirada hacia el cielo -. Para mi la luna se ve hermosa en todas sus formas, aunque no esté llena.

Shinobu imitó su gesto. Al mirar la luna sonrió y asintió.

-A veces la luna me recuerda a las personas: siempre tenemos algo que ocultar.

Sus palabras sorprendieron Giyu, pero el contesto con naturalidad y el mismo tono de seriedad:

-Sí, pero incluso ocultando algo, muestra lo que es. Se hace notar en el cielo y se ve hermosa a pesar de sus cicatrices, simplemente es ella misma. Las personas deberíamos ser como ella -desvió su mirada de la luna a Shinobu -, nosotros mismos.

Shinobu quedó pensativa. Aunque enseguida supo que responder.

-Estoy de acuerdo. Las personas deberíamos ser nosotras misma en todas nuestras formas y con nuestras condiciones, dentro de eso existe belleza.

Ambos se quedaron en silencio mirando el suelo, con el satélite como testigo de la escena.
Fue Giyu quien inició de nuevo la conversación.

-Shinobu creo que entiendes que te he hecho venir aquí por algún motivo y es cierto que tengo que decirte algo.

La chica lo miró con curiosidad, pues estaba ansiosa por saberlo.

-Tomioka admito que tengo mucha curiosidad por saber que es.

El joven estuvo unos segundos en silencio para después continuar.

-Después de lo que me dijiste en la misión... Yo también quiero decírtelo.

-¿Decireme el qué? -Shinobu no sabía a que se refería y tenía miedo.

Giyu le dedicó una sonrisa:

-Decirte que bonita esta la luna.

Definitivamente Giyu se había declarado a Shinobu. Esta estaba atónita, sin palabras.

-To-tomioka no creía... no esperaba eso de ti. Me sorprendes mucho -dijo alegremente, mientras se le iluminaban los ojos -. Yo también te amo.

Ambos se abrazaron. Hacía mucho que, para ellos, no sentían el calor de un abrazo, de un hogar. Desde luego un abrazo podía ser un hogar.

-Gracias, Kocho. Temía a que no pudiera decírtelo, pues sabes que la vida de un cazador de demonios está llena de sorpresas y no siempre agradables...

-Suenas como mi hermana -,se alejo de él y miro el cielo - .Me dijo algo similar.

-A mi tu carácter me recuerda a mi hermana. Ella también murió a manos de un demonio.

Shinobu volvió a acercarse a Tomioka, muy sorprendida por lo que este le había dicho.

-Tomioka cuando nos encontramos en el cementerio era por que...

-Shinobu -, la interrumpió él -.Si en algún momento no pudiéramos estar juntos... queria decirte que te buscaré -. Tomó las manos de Shinobu, que se quedó ruborizada -Quizás la vida sea muy corta para amarte, tendré que hacerlo en las siguientes. Por favor, prometerme una cosa: que me esperarás, que esperarás la próxima vida en la que estemos juntos.

Antes de contestar Shinobu se acercó a su rostro y dijo:

-Tomioka-san, quiero estar a tu lado el mayor tiempo posible, incluso si es en otra vida.

Ahora sí, acercaron sus rostros uniéndose en un beso bajo la atenta mirada de la Luna.

Fin

Que Bonita Está La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora