Mi pecosa aprende los placeres del cuerpo

Comienzo I

Los personajes no son mios sino de sus repectivas auctoras

Candy Pov

El viento agitaba mi cabello, aún parada hay con la mejilla roja después de la cachetada que Terry me dio y con los ojos húmedos por las lágrimas me decidí por marcharme de hay no podía seguir viéndolo pero cuando había dado siquiera algunos pasos Terry me jaló y me atrajo hacia él.

-Pero qué haces bruto déjame ir es que no entiendes que no quiero verte- tratando de separarse de ese ser que le había hecho daño.

-Eres tú la que no entiende que ya no puedo dejarte ir,créeme trazan pecosa he tratado con todas mis fuerzas en dejarte ir en ya no dejar de pensar en ti pero no lo he logrado- toma mi mano y la puso en su corazón.

- Lo sientes, es por ti nunca ha latido así por alguien pero cuando te conocí en ese barco ya no ha parado-me acaricia la mejilla tan delicadamente como si fuera seda.

- Te quiero Candy, Dios no sólo eso te deseo me tienes a mil con tu inocencia con esos ojos esmeraldas que me enloquecen pero sobre todo esos labios que acabó de probar y que créeme si estuviera en mi poder jamás de besar- Él pasa un dedo por mis labios mi respiración ya estaba irregular, he hice la cosa que no sé si fue la cosa más estupida o más osada que hice hasta ese momento lo vi a los ojos, tome su mano y lamí mis labios.

-Terry-Fue solo un suspiro pero la única palabra que salió de mis labios en ese momento pero él no me dejo o ya no importaban las palabras por qué él se inclinó de nuevo y tomo mis labios de una forma salvaje como queriendo demostrar que sus palabras eran ciertas y esta vez pude también saborear sus besos y sabían también que intente en seguirle el beso con mi nula experiencia en esa área y eso fue lo que lo enloqueció totalmente. Me rodeó con sus brazos mi cintura y yo para terminar todo el espacio entre nosotros lo rodé con mis brazos y acaricie su cabello.

Me pidió permiso con su lengua en mis labios y yo no le pude decir que no , su lengua entro a mi boca y dios si antes me tenía encantada ahora yo tengo palabras para lo que me hace sentir con sus labios y lengua hasta que sucedió lo inevitable. Un gemido salió de mi boca. Terry me dio uno pocos besos más no queriendo separarse pero sabiendo como yo que habíamos estado pisando una línea invisible de lo moralmente correcto. Pero aún así eso no evitó que viera a Terry con los ojos oscuros y las manos hecha puños tratando de controlar sus impulsos.

-Candy no quiero faltarte dios no sabes cómo me estoy conteniendo de verte hay sobre el pasto y quitarte esa inocencia y convertirte en mi mujer, uhm, con solo por escuchar ese gemido me has puesto de una manera Candy que ni te imaginas, bueno creo que te haces a la idea solo con ver esas mejillas sonrojadas y de cómo mueves las piernas como si estuvieras inquieta o no saber qué pasa contigo eso mi trazan pecosa es humedad te excitaste con mis labios no es así mi pecosita y si Candy que te quede claro "mi" porque no dejaré que alguien más te tenga y es mejor que te acostumbres por qué así me has tenido excitado queriendo más de ti sin poder tenerlo- diciéndome todas esas cosas tan impropias pero tan ciertas a la vez que me daban ganas de darle otra cachetada y más con esa sonrisa que tiene en sus labios pero no tenía las fuerzas ni la voluntad para dársela por qué lo único que pensaba era seguir besando esos labios.

-Pero no sufras mi trazan pecoso que como dije no pienso en faltarte y como el caballero que soy te voy a pedir que por favor me con cedas la dicha de ser tu novio- en un tono serio.

-Si Terry quiero que seas mi novio- lo dije tan bajo que dudo que me haya escuchado pero confirme que si cuando vi esa sonrisa arrogante.

-por favor me podrías repetir la respuesta señorita no creo haber escuchado bien-