Love, songs and stories

Freak

¡Holis! Aquí me reporto con una nueva historia inspirada en una canción que aparenta ser inocente pero la letra es muy sucia. Pese a que no quiero adelantar nada, ya se imaginarán de que trata todo esto. En otras palabras, aquí hay lemon. Pero bueno, mejor los dejo averiguarlo por ustedes mismos n.n Antes que nada, aclaro las edades porque no lo nombro en ningún momento y me parece algo relevante: Hange tiene 16 y Levi 22.

Canción: Freak - Doja Cat

Freak

El sonido del despertador parecía hacer eco dentro de su cabeza de manera muy lejana, tanto que ni siquiera podía identificarlo claramente. Había estado desvelándose toda la noche viendo series y jugando videojuegos, por lo que se encontraba soñando de forma muy profunda. Sin embargo, en medio de esa ensoñación, las patas de su gato negro caminando sobre su cabeza lograron despertarla por fin, haciéndola caer en cuenta que hacía rato que el aparato había estado sonando. Al mirarlo y comprobar que ya era demasiado tarde, no pudo más que incorporarse de un salto y encaminarse al baño a toda velocidad, dispuesta a lavarse los dientes para después darle de comer a su mascota y vestirse, deseando con todas sus fuerzas partirse en tres para realizar esas tareas a la misma vez, que el tiempo se detuviese o que por lo menos le alcanzase para terminarlas en pocos minutos. Tal como sucedía siempre, su hermano mayor, Mike, no se había molestado en llamarla, sabiendo que ese sería su primer día de colegio e ignorándolo por completo únicamente para importunarla. A pesar de esto, ya no poseía ni un segundo de sobra siquiera para enojarse, por lo que se cambió como pudo y, después de morder una tostada y dar un sorbo a su té, se apresuró a colocarse la mochila y salir corriendo hacia la parada del autobús.

Mientras se adelantaba, en medio de la calle, ató su cabello de manera desordenada y acomodó un poco su uniforme, el cual consistía en una falda tableada de color azul marino que le cubría unos centímetros por encima de las rodillas, una camisa clara y un cárdigan a tono, los cuales estaban bastante arrugados y deslucidos. En verdad, ella no se caracterizaba por ser una chica que cuidase de su aspecto, aquello era algo que no le importaba demasiado porque creía fervientemente en que a esa institución solamente iba para sumar conocimientos puesto que la ciencia siempre había sido su pasión. Al estar por fin frente al portón del edificio, ajustó sus lentes para poder ver el reloj en su muñeca, comprobando que efectivamente, pese a todos sus esfuerzos, estaba llegando tarde. Debido a esto, iniciando una carrera maratónica, atravesó los pasillos a toda velocidad y, al detenerse frente a su salón, tomó un poco de aire justo antes de ingresar sabiendo que iba a ser reprendida por ello, tal como solía suceder. Sin embargo, para su suerte, al echar un vistazo, comprobó que el profesor no había llegado todavía. Luego, al mirar a su alrededor, pudo divisar a su amiga Nifa, quien agitó su brazo en el aire y le señaló un asiento frente a ella, el cual le había apartado porque ya la conocía muy bien. Suspirando debido al alivio, se dirigió hacia allí con más tranquilidad, saludándola con un abrazo y sentándose por fin.

-Tú nunca aprendes, ¿verdad? –la reprendió ella, observándola sacar sus cuadernos y sus libros.

-Lo entenderías si vieras la serie que te recomendé, Game of Thrones es increíble. No puedo conformarme con un solo capítulo por noche, el tiempo vuela.

-Paso. No soy tan freaky.

-¿Qué sucede que el profesor no aparece? Ya se retrasó bastante –le preguntó, haciendo caso omiso a esa pequeña burla hacia su estilo de vida. A su amiga le agradaba molestarla de vez en cuando.