11 y 6 - #SemanaLeviHan

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¡Hola! Me reporto luego de mucho tiempo de ausencia, producto de un bloqueo y de las responsabilidades de la vida (estudio, etc.), les pido disculpas por eso. No quería dejar de participar de la semana LeviHan, por lo que tomé un one shot que ya había empezado (aunque solo tenía la idea y un par de páginas) y lo convertí en uno muy extenso. Espero de corazón que les guste porque adoré escribirlo. 

Día 3, temática: padres.

Se lo quiero dedicar a mi hermosa amiga @Tonygrz ♥ Te quiero, ¡gracias por tu apoyo!

Está inspirado en la canción titulada 11 y 6 de Fito Páez, es preciosa, se las dejo por si no la conocían.

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11 y 6

"Miren todos
Ellos solos
Pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo".

Los días de verano transcurrían de manera sumamente tranquila, aunque demasiado veloz para su gusto. En ese momento, se encontraban de vacaciones en una cabaña frente al mar, la cual tenía un frente que daba directo a la playa, en la que se encontraban descansando de la vida en la ciudad. Ellos eran Levi y Hange, un matrimonio consolidado a través de los años, los que no podían pedir más que el calor del sol y la brisa salina que les daba de lleno, mientras descansaban sobre una manta encima de la arena. Uno a un lado del otro, simplemente observaban a sus hijos jugar a la orilla en frente a las olas, sonriendo debido a la tierna escena. Mientras ella abrazaba sus rodillas, él acariciaba el cabello castaño suelto dulcemente, resguardado bajo una sombrilla debido a que había comprobado de la manera más dolorosa posible que los intensos rayos dañaban demasiado su nívea piel. En ese preciso instante, sintieron que ya nada parecía poder perturbar su calma. De pronto, los gritos del más pequeño de los dos niños se oyeron hasta donde ellos estaban, lo cual los alarmó. Algo bastante grande no quería soltar su dedo, por lo que, pese a que no pudieran distinguirlo, esto hizo que la mujer se alertara y se pusiera de pie, dispuesta a correr a socorrerlo si era necesario. Sin embargo, tal como solía suceder, la mayor logró deshacerse de ello casi sin esfuerzo y así salvar a su hermano. Luego, lo tomó de la mano y, manteniéndose serena, lo condujo hacia donde sus padres estaban. Al llegar, notaron que los sollozos del niño no cesaban.

-Mamá, un cangrejo hirió a Eren –dijo la pequeña, soltando a su hermano por fin.

A pesar de que el dolor del muchachito de cabellos castaños acongojaba a su progenitora, el hecho de que no hubiese sido una picadura venenosa o algo peor la alivió bastante. Él solía ser muy revoltoso e inquieto, una característica que había heredado de ella misma, por lo que era costumbre que se metiera en problemas cada tanto. Aún muy apenado, el niño se lanzó a los brazos de su madre en busca de consuelo, enseñándole su pequeño e hinchado dedo índice, sin poder articular una palabra todavía debido al llanto.

-¿Tanto escándalo por eso, mocoso? –se quejó el hombre.

-Es un niño, Levi, ten más consideración. Gracias por encargarte de él, Mikasa.

Apacible, la niña solo asintió y, después de esbozar una leve sonrisa, se sentó a un lado de su padre resguardándose del sol al igual que él. Era evidente que su carácter era muy similar al de Levi, de quien había recibido un instinto protector hacia sus seres queridos, por lo que no era molestia para ella cuidar de su querido hermanito. En seguida, Hange besó el dedo de su pequeño de forma amorosa, para luego tomar un hielo de la conservadora, de esos que mantenían las bebidas frías que tenían preparadas para todos y lo colocó justo donde la herida comenzaba a inflamarse. Poco a poco, producto de sus cuidados y su inagotable paciencia, las lágrimas dejaron de caer y el Eren de siempre regresó, aliviado. Aun en brazos de su madre, luego de recibir una galleta como forma de consuelo, una duda típica de su edad invadió su mente.

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