La mejor sorpresa

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James Potter
Un aroma a lejía penetró mis fosas nasales, todavía no podía abrir mis ojos, por lo que me concentré en lo que mi cuerpo experimentaba. Mi brazo derecho dolía mucho y en mi lado izquierdo sentía un peso medio; otro olor se hizo presente, uno que conocía muy bien, vainilla dulce. Intenté observar a mi alrededor y recién me di cuenta en donde estaba, recostado en una camilla de la enfermería con mi bella pelirroja acostada a un lado y para mi buena suerte, su mirada sorprendida conectó con la mía.

—¡Oh por Merlín! ¡Al fin despertaste, cariño!—exclamó alegre mientras se acercaba a mi rostro y lo tomaba entre sus manos—gracias, gracias, gracias, te amo.

Pegó sus labios a los míos y me besó intensamente, si me iba a besar así todas las veces que saliera herido no tendría problemas en hacerlo más seguido. Con mi mano ilesa la tomé de su cuello y profundicé el beso que ella aceptó gustosa, nuestras lenguas se sincronizaban perfectamente y la calor iba aumentando, hubiéramos seguido de no ser por la interrupción de Poppy.

—Si me disculpa, señorita Evans, debo hacerle una revisión al brazo del señor Potter en vista que ya despertó—carraspeó la enfermera, provocando nuestra separación inmediata.
—Ah, cla-claro, Madame Pomfrey, dis-discúlpeme usted a mí—tartamudeaba mi Lils sumamente avergonzada y sus mejillas adoptaron un tono rojizo, se veía tan adorable—volveré pronto, Jamie.

Me dio un beso en la mejilla y se fue, dejándome con Pomfrey; la mujer levantó mi brazo lastimado y realizó una extrañas pruebas y análisis mientras que anotaba todo en un tablero. Una vez que terminó, me dejó solo nuevamente y desapareció tras la cortina que cubría mi camilla. Al poco rato, la enfermera volvió y esta vez acompañada de Lily que traía en sus brazos un pequeño bolso.

—Listo, señorita Evans, la dejo con el señor Potter.
—Gra-gracias, enfermera—Pomfrey se fue y me causó risa que Lils siguiera con vergüenza por lo antes ocurrido con ella. Tomó su bolso y lo abrió, alcanzándome una polera que yo tomé confundido.

—No llevas nada puesto encima, amor—me indicó al ver mi expresión confundida—no querrás que las demás chicas te vean, ¿o si?
—Por mí no hay problema, sabes que me gustan las miradas de los demás puestas sobre mí; creo que la pregunta va para ti: no querrás que las demás chicas me vean, ¿o si?—dije retándola.
—No juegues con tu vida, Potter—murmuró encima de mis labios, provocándome.
—¿Volvemos a los apellidos, Evans?—pregunté a punto de besarla.
—Puede que si—se alejó de mi rostro con una sonrisa arrogante—póntela rápido para salir de aquí, tus amigos te esperan en la puerta y debemos irnos antes que las locas vuelvan a molestar—comentaba mientras guardaba los regalos en su bolsito.
—Me las pagarás, pecas; no me quedaré sin un beso porque así nada más—me quejé y me vestí con la polera hasta que tuve un inconveniente—ehh... no puedo meter mi brazo lastimado.
—¡Oh! Debí pensarlo antes, soy una despistada. Por suerte tu novia es preparada y trajo una chaqueta de repuesto para que te la pongas encima—le dediqué una sonrisa y le hice caso—tengo una duda, ¿cómo es que entra todo en ese tu pequeño bolso?
—Utilicé un encantamiento de extensión, es más fácil llevar algo pequeño pero que tenga gran espacio.

Asentí asombrado, esta mujer y todos sus conocimientos nunca dejarían de sorprenderme; la enfermera se nos acercó antes de irnos para darnos las indicaciones, como medicinas y tratamientos, le agradecí por sus cuidados y salimos. Afuera me encontré con mis amigos, los tres se emocionaron al verme y se me lanzaron encima con un abrazo.

—¡Joder, cornamenta! ¡Nos tenías muy preocupados!—exclamó Sirius—les partí la cara a esos tejones idiotas que por poco te matan.
—Debes fijarte más en lo que sucede a tu alrededor, si Lily no lanzaba el hechizo para evitar la caída hubieras terminado en San Mungo—siguió Remus.
—Esperen, tengo algunas dudas, ¿cuánto tiempo estuve inconsciente? ¿si yo era cazador, por qué esos imbéciles me atacaron al final?
—Estuviste en la enfermería por una semana y en realidad no jugaste como cazador, sino como buscador—explicó Peter—no se si recuerdas lo qu-que pas-o antes del par-ti-tido...

¿Por qué Lily Evans?|Desde diferentes perspectivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora