Sueños Extraños

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James metía su mano debajo de la falda del vestido de la pelirroja, ella no podía objeción alguna; es más, le gustaba que la tocara de esa forma. El azabache recorría las largas piernas de Lily mientras que la ojiverde intentaba desabrochar la camisa de su novio, entre beso y beso le era difícil ejecutar dicha acción.

—James... te necesito—susurró Lily en su oído.

El castaño la levantó del suelo y ella enredó sus piernas en la cintura del chico.

—¡LILIAN EVANS, DESPIERTA POR EL AMOR A DIOS! ¡Llegaremos tarde a transformaciones!—exclamó desesperada Marlenne—¿Qué estabas soñando?
—¿Po-por qué lo dices?—preguntó la pelirroja aún absorta por su sueño.
—Estabas con una sonrisa estúpida en la cara, como si estuvieras haciendo algo que realmente te gusta.

Y vaya que me gustó—pensó ella inconscientemente.

—Mmm...si, si, déjame me baño y nos vamos—dijo la ojiverde con mucha calma.
—Lil, eso no se podrá porque nos quedan menos de 5 minutos—contradijo Alice—ni siquiera alcanzamos al desayuno.

No otra vez...—se lamentó Evans.

—Está bien, vayan bajando y ocupen sitios en el salón, yo me ocuparé de buscar algu...—la interrumpió Marlenne.
—¡Estás ardiendo en fiebre!—exclamó exasperada—debemos llevarte a la enfermería.
—No, no, en serio que no es nada grave—ambas muchachas la miraron serias—ósea si tengo fiebre pero no es nada del otro mundo—Lily aprovechó su supuesto malestar para evitar cuestionarios incómodos por parte de sus amigas—sólo díganle a la profesora lo que me pasa, les creerá.
—Bueno, no estoy del todo convencida; volveremos después de esta clase y si no se te pasó, te llevaremos con Pomfrey—informó la rubia.
—Les prometo que ni siquiera tendrán que subir las escaleras, yo misma las esperaré en la sala común—aseguró la pelirroja aún con su calentura.

Sus mejores amigas se despidieron y salieron de la habitación, dejando a su confundida amiga sola. Lily se paró y notó una ligera humedad entre sus piernas.

Carajo... no tengo ropa interior limpia en este cuarto—maldijo internamente.

No tenía otra opción más que ir a su habitación de premio anual; esperaba no encontrarse con nadie conocido y menos con James, no podría verlo a los ojos sin que su sueño le viniera a la mente. Sabía qué tal vez no era la gran cosa, solo se habían toqueteado, pero para Lily era la primera vez que sentía algo así; anteriormente si había hecho algo similar con sus ex's novios, ninguno metió su mano debajo de su falda porque ella ni loca lo hubiera permitido, sin embargo, dedució que todo eso le pasaba con James porque es la primera vez que se enamoró verdaderamente y además que influye mucho el que su novio sea tan guapo, irresistible, bello, simpático...

Ok Evans, ya entendimos—le regañó su mente.

Salió de la Torre de Gryffindor y con mucho cuidado trató de pasar desapercibida, para su suerte, solo estaban niños menores deambulando por los pasillos, la mayoría ya estaría en clases o terminando de desayunar. Finalmente, llegó al pasillo de los premios anuales, este lugar estaba usualmente vacío. Estaba a punto de entrar cuando en un segundo, se percató que alguien estaba dentro e iba a salir.

¡Es James!—se asustó, nadie más podría estar dentro.

Lily se escondió detrás de un muro lo más rápido que pudo, solo sus ojos estaban atentos a las personas que tenía en frente: Lizbeth y James, ambos conversaban sobre algo, la sangre de la ojiverde hervía de celos y rabia.

—Como ve, ya le dije que no hay ninguna fuga de agua en nuestro baño y si me disculpa, voy tarde para mi clase—dijo el castaño intentando sonar cortés.
—Tenias razón Jamie, eres muy listo—alagaba Lizbeth.

¿Por qué Lily Evans?|Desde diferentes perspectivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora